Durante una rueda de prensa en el avión, tras su visita a Luxemburgo, el Papa Francisco fue contundente al reafirmar su postura contra el aborto, asegurando que «no puede haber ninguna discusión» sobre el tema, ya que “es un homicidio”.
En sus declaraciones, arremetió contra los médicos que lo practican, calificándolos como “sicarios” que terminan con la vida de un ser humano.
“Se mata a un ser humano y los médicos que se prestan a esto son, permitidme la palabra, sicarios”, afirmó.
El Papa destacó que, desde su perspectiva, el aborto es un atentado directo contra la vida humana. “Las mujeres tienen derecho a la vida, a la suya, pero también a la de sus hijos”, añadió, destacando la importancia de proteger la vida en todas sus etapas.
Según Francisco, no existe justificación moral para esta práctica, y es un tema sobre el que no cabe ningún debate.