«Cartagena y la inequidad: llegó el momento de romper el círculo vicioso»: Osmari A. Pulido

Cartagena de Indias, la ciudad amurallada, la joya del Caribe, es una ciudad que encierra en sí misma una gran riqueza cultural, histórica y turística, pero que también enfrenta grandes desafíos en términos de inequidad. Una ciudad que tiene en su pasado colonial y su legado histórico una fuente de orgullo, pero que al mismo tiempo, presenta una realidad social en la que la desigualdad, la pobreza y la exclusión son problemas que persisten y requieren ser abordados.

Recientemente leí una petición al presidente, la propuesta de un tranvía y un cable en la popa, aunque para muchos puede sonar fantasioso, a mí me pareció un proyecto ambicioso que daría más atractivo a la ciudad, que necesita volver a tener su brillo. La movilidad es un tema central para una ciudad que vive del turismo, y la propuesta de un tranvía permitiría una mejor conexión entre las diferentes zonas desdibujadas por nosotros mismos, como si se tratase de ciudadanos de segunda categoría, lo que podría impactar positivamente en la economía local.

Si bien es cierto que el costo de este proyecto es elevado, también es cierto que la inversión en infraestructura puede generar beneficios a largo plazo, Barranquilla ha sido ejemplo de proyectos ambiciosos, monumentos, malecones la han puesto como ciudad principal de la costa caribe, en Medellín la comuna 13 resurgió de sus cenizas y de su historia para mostrarle a los colombianos y al mundo que es un epicentro de resiliencia, ciudadanos que habían sido abandonados a su suerte hoy son la zona más visitada del país.

Sin embargo, la infraestructura no lo es todo. La gestión de los recursos de la ciudad es igualmente importante. Es necesario contar con liderazgos que garanticen la gestión efectiva de los recursos de la ciudad. hemos tenido una larga historia de corrupción y falta de transparencia en la gestión pública, lo que ha impedido el desarrollo de la ciudad. Es necesario un cambio en la mentalidad de quienes están al frente de la gestión pública y una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones, enfocándome en que es la ciudadanía quien debe velar por sus propios intereses y no permitir a la administración acciones irresponsables.

Otro aspecto en el que la inequidad se refleja es la exclusión económica y social. Es necesario impulsar los emprendimientos y las empresas cartageneras, como el sector turístico, el sector industrial y de las nuevas tecnologías; saber que es necesario ser disruptivo y ser competencia y trabajar mancomunadamente con ciudades y municipios aledaños. La ciudad tiene un gran potencial para ser un polo de desarrollo económico en la región, pero es necesario que se implementen políticas públicas que incentiven el emprendimiento y la innovación, la educación financiera y digital debe estar dentro del plan estudiantil de cada colegio en la ciudad.

Además, no podemos olvidar la riqueza cultural que hay en el corralito. La ciudad ha sido cuna de grandes deportistas, artistas, poetas, escritores que han dejado su huella en la cultura colombiana y latinoamericana, incluso nuestro premio nobel premiaba siempre en sus recuerdos, “el lugar donde volvió a nacer”. Una ciudad inconmensurablemente llena de belleza, bohemia y franca, de sus mayores riquezas.

No podemos permitir que esta riqueza cultural quede en el olvido, opacado por el afán de venderla como un turismo sexual y de depravación, las calles del centro históricos deben volver a ser protagonistas de amores idílicos, las familias foráneas deben de nuevo volver a caminar en los atardeceres pintados con la técnica de los mejores, visitar nuevos lugares más allá del muro y las noches divertidas y alegres sin la prisa de nutrir asquerosos vicios. Es necesario apoyar a los artistas locales, incentivar la creación y la producción cultural, y hacer de la cultura una herramienta para la transformación social que sin duda irá borrando la brecha social y económica que nos separa.

La inclusión social y la igualdad de oportunidades son fundamentales para romper el círculo vicioso de la inequidad en Cartagena. Esto implica garantizar el acceso a la educación, la salud y otros servicios básicos para toda la población, especialmente para aquellos que han sido históricamente excluidos. Además, es necesario generar empleos de calidad, promover la capacitación y el desarrollo de habilidades, y fomentar la inversión en sector privado y público.

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