Veolia fue reconocida con uno de los más altos honores en la 7ª edición de Buenas Prácticas de Desarrollo Sostenible. El premio fue otorgado gracias a su innovadora iniciativa “R43: Recolección Marítima Sostenible”, que ganó en la categoría ODS 12 – Producción y Consumo Responsables. La iniciativa, implementada en 43 islas de la zona insular de Cartagena, cubre un área de 120.000 hectáreas, muchas de las cuales son áreas protegidas. Su enfoque se centra en la recolección, separación y aprovechamiento de residuos sólidos, los cuales son transportados vía marítima a la zona continental de Cartagena. Este proyecto no solo garantiza la limpieza y conservación del entorno natural, sino que también apoya la economía local y el turismo.Veolia implementa un sistema logístico complejo que incluye recolección terrestre y marítima, recorriendo kilómetros mensuales en las islas, con un compromiso claro hacia la economía circular y la preservación ambiental. Además, este proyecto contribuye a 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, reafirmando el propósito de Veolia de ser un referente en transformación ecológica.Con este premio, Veolia continúa consolidando su liderazgo en la gestión de recursos y su compromiso con el desarrollo sostenible, impulsando cambios significativos en las comunidades locales.

En los últimos minutos, el gobernador de Bolívar @yamilitoarana hizo entrega oficial de la casa al niño Isaac luego de que el pasado 2 de septiembre el gobernador conoció la aspiración del menor de darle a su mamá una casa digna y segura. Con los ojos vendados y tomado de las manos de su madre, doña Clara Inés Parra, y su padre, John Abdala, Isaac fue guiado hasta su nuevo hogar, ubicado en la Calle Grande, Evitar. 🗣️ “Nos llena de alegría cumplir el sueño de Isaac. Lo hacemos porque su familia representa lo mejor de Bolívar: trabajo, perseverancia y amor por los suyos. Queremos aportar a ese esfuerzo y ayudarlos a seguir adelante”, expresó el gobernador Arana Padauí al entregar las llaves de la casa. Las obras, realizadas por la Secretaría de Vivienda de la Gobernación, liderada por William García, incluyeron el refuerzo y revestimiento de muros, la aplicación de estuco en toda la casa para un acabado uniforme, construcción de vigas y elevación de la estructura, reparación integral del techo, instalación de una nueva base de concreto, revestimiento cerámico en interiores, remodelación de baños, mejoras en el patio, instalación de cielo raso, construcción de una cocina interna y una estufa de carbón para exteriores con sistema de ventilación.

Al pie del Cerro San Felipe se encuentra un parque que atesoraba un Reloj Floral en los 60s, un obsequio de los holandeses que convirtió este espacio en un sitio turístico de la ciudad y punto de encuentro para los locales, pues, en sus inmediaciones se encontraban otros lugares que lo hacían transcurrido.  En las cercanías, se ubicaba la escuela superior ESETEC, la antigua planta de PEPSICO, El Universal, incluso, era la parada de busetas y también los jugadores de equipos de béisbol de la ciudad como “Los Indios” se encontraban para partir hasta a Barranquilla. Sin embargo, pasaron los años y el Reloj Floral comenzó a congelarse en el tiempo, siendo víctima del descuido y la falta de mantenimiento y a pesar de que en los 90’s el gobierno de la época intentó revivir el espacio con un Reloj Solar, su destino fue el mismo, debido a que su estructura metálica fue saqueada hasta quedar en el abandono.  Siendo así, en 2015, una asociación entre el consorcio Pacaribe y el Universal intentó devolverle la vida al parque invirtiendo en su recuperación. Aún así, la falta de seguridad y la presencia de indigentes y vendedores informales llevaron a que el lugar volviera a deteriorarse rápidamente, tras el robo de cableado y la destrucción de las instalaciones marcaron el fin de este Reloj Solar que hasta sus números perdió.  La historia del Parque del Reloj en Cartagena más que es un recordatorio, es una sensación de pérdida colectiva de una ciudad cuando no cuida sus tesoros y este espacio que alguna vez fue un lugar de encuentro, identidad o orgullo hoy yace abandonado, esperando quizás, otro intento de “resurrección”. Fuente: El Universal Créditos de fotos: A quien corresponda.