En Cartagena, a principios del siglo XX, el Puente de Chambacú fue una estructura clave para la conexión entre el antiguo barrio de Chambacú y el centro amurallado, específicamente los extramuros de Getsemaní, este puente, construido de forma rudimentaria con ramazones y tablas, surgió como una solución improvisada para los habitantes de la isla Elba, quienes carecían de un acceso peatonal adecuado debido a que el puente del ferrocarril Cartagena-Calamar estaba destinado exclusivamente al tránsito de maquinaria.

Día y noche, el puente se llenaba de movimiento, hombres y mujeres lo cruzaban cargados con los desechos de la plaza de mercado, los muelles, astilleros y fábricas, que reciclaban para sobrevivir y también era común ver carretas tiradas por animales o carretillas de tres ruedas, utilizadas para transportar mercancías y materiales.
Además de su función práctica, el puente también tenía un papel en las actividades recreativas y de subsistencia de la comunidad. Las aguas del Caño de Juan Angola, que entonces se comunicaban libremente con el mar Caribe, eran ricas en peces, y muchas personas se apostaban a pescar desde sus barandas, sin embargo, con el tiempo, la estructura fue deteriorándose, las barandas se destruyeron y algunas tablas cayeron, haciendo el cruce más peligroso y evidenciando el abandono del barrio por parte de las autoridades.











