Nereo López Meza, nacido en Cartagena el 1 de septiembre de 1920, dejó una huella imborrable en la historia de la fotografía colombiana. A lo largo de su vida, su lente capturó momentos y paisajes que revelan la riqueza cultural y social de Colombia. Desde su hogar en Nueva York, López se convirtió en un viajero incansable, documentando la vida cotidiana y las tradiciones de un país en transformación.
Designado fotógrafo oficial del Premio Nobel a Gabriel García Márquez en 1982, así como del papa Paulo VI durante su visita a Colombia en 1968, Nereo tuvo el privilegio de estar presente en momentos históricos. Su trabajo en publicaciones como El Espectador y la revista Cromos le permitió mostrar una Colombia diversa, desde sus rincones más alejados hasta sus vibrantes festivales.
López se destacó por su estilo único, que combinaba la fotografía de calle con un enfoque humanista. Sus retratos de campesinos, artesanos y niños no solo capturan su esencia, sino que también cuentan historias de vida. Utilizando técnicas de fotografía análoga, su trabajo evoca una conexión íntima entre el fotógrafo y sus sujetos, creando imágenes que trascienden el mero documento.
Los años 50 fueron cruciales para su carrera, con extensos viajes que lo llevaron a explorar el litoral caribe y el altiplano cundiboyacense. A través de su lente, Nereo logró plasmar la diversidad cultural y las tradiciones de cada región, contribuyendo a la memoria visual de un país en constante cambio. Su legado sigue inspirando a nuevas generaciones de fotógrafos y artistas.
Con su obra, Nereo López no solo documentó la realidad colombiana, sino que también exploró la estética de la fotografía como forma de arte. Su enfoque innovador, que mezcla el testimonio con la belleza visual, redefine lo que significa ser un fotógrafo en el contexto colombiano.
En la conmemoración de su centenario y el quinto aniversario de su muerte, el trabajo de Nereo resuena como un llamado a ‘aprender a ver’. Sus imágenes, cargadas de emociones y significados, continúan siendo una ventana hacia la historia y la identidad cultural de Colombia.
Fuente. Fundación Gabo.