El ministro de Salud de Colombia, Guillermo Alfonso Jaramillo, ha desatado una ola de críticas al admitir ante la Comisión Séptima de la Cámara que algunos fondos destinados a la salud se utilizan con fines políticos. Durante su intervención, Jaramillo reveló que alcaldes y gerentes de hospitales emplean estos recursos para saldar favores de elecciones pasadas y asegurar votos para futuras campañas.
“Llega la platica al gerente del hospital y el alcalde es el presidente. Sí, hacen política. Pero, bueno, ¿yo qué puedo hacer?”, admitió el ministro. Además, señaló que con esos fondos en los municipios “pagan los votos de las pasadas elecciones y con eso ya van a cuadrar los votos de las próximas elecciones”, agregó.
El ministro también mencionó que, a pesar de la controversia, se están utilizando fondos no gastados para impulsar proyectos en zonas priorizadas, como las áreas PDET. Sin embargo, su declaración sobre el uso político de los recursos ha generado inquietud, ya que enfatizó que lo más relevante es que los funcionarios cumplan con su labor, minimizando la gravedad de la situación. La controversia en torno a los comentarios del ministro pone de relieve la necesidad de una mayor transparencia en la administración de los recursos públicos y cuestiona la ética de su uso en el ámbito político.