Ya no será necesario justificar una causal de divorcio para poder finiquitar el vínculo matrimonial en Colombia. Desde el pasado jueves, 2 de enero, se estableció en el país el divorcio unilateral. La nueva ley fue aprobada por el Congreso de la República. Con el nombre de ‘Divorcio Libre Ya’, la representante a la Cámara, Katherine Miranda, habló de que con esta ley se permite que una persona pueda iniciar un proceso de divorcio sin necesidad de mostrar causales de violencia intrafamiliar, alcoholismo, drogadicción, o relaciones extramatrimoniales entre otras. Esa coyuntura legislativa busca que Colombia siga trabajando en modelos más sencillos, quitando del medio la necesidad de argumentar o justificar a la voluntad individual. La ley fue firmada por la ministra de Justicia, Ángela María Buitrago. Fuente: El Universal.

La Capitanía de Puerto de Cartagena confirmó que desde el 31 de octubre se inspeccionó un ‘bar flotante’ que opera sin permisos en la ciénaga de Portonaito, isla de Barú. Esta estructura improvisada, de 7 metros de largo por 5 de ancho, flota sobre tanques plásticos y está construida con madera y techos de zinc. Según la Dirección General Marítima (Dimar), el bar representa una ocupación indebida del espejo de agua y no cuenta con licencia de navegación ni elementos de seguridad, lo que supone riesgos para usuarios y embarcaciones cercanas.  Asimismo, Dimar ha informado a la Alcaldía de la Localidad Uno y a otras instancias locales sobre esta irregularidad, pero el establecimiento sigue operando. En ese sentido, el alcalde de Cartagena, Dumek Turbay afirmó: «La notificación a los propietarios ya fue emitida y el proceso para desmantelar la estructura está en marcha«. Por su parte, la comunidad denuncia desorden y contaminación en la zona, agravados por la presencia de embarcaciones con música a alto volumen. Además, preocupa el impacto ambiental y turístico de estas actividades ilegales.  El bar flotante en la ciénaga de Portonaito evidencia los riesgos de actividades comerciales ilegales en zonas ambientalmente sensibles, pues, este caso subraya la necesidad de acciones firmes por parte de las autoridades para regular el turismo y garantizar el respeto por el medio ambiente. 

En un rincón fértil de Cartagena, donde la tierra y el corazón de sus comunidades laten al mismo ritmo, nace una apuesta transformadora: Manos al Campo – Patios Productivos. Una iniciativa impulsada por Surtigas, SPEC LNG, la Fundación Promigas y la Fundación Granitos de Paz, que está cambiando vidas a través del poder de la agricultura urbana, la autosostenibilidad y la unión comunitaria. El proyecto busca transformar los patios de 66 hogares en La Boquilla y Pasacaballos en espacios productivos para el cultivo de hortalizas, plantas aromáticas y flores comestibles. Pero va más allá de lo agrícola: es una propuesta integral que promueve la seguridad alimentaria, la generación de ingresos y el fortalecimiento del tejido social, todo desde el hogar. Cada familia recibe acompañamiento técnico, capacitación y materiales para la adecuación de sus patios. Desde el diseño y construcción de sistemas de riego hasta la selección de cultivos adecuados para el entorno, el objetivo es lograr una producción sostenible y con valor social. Los productos cosechados por estas familias como mizuna, rúgula, cilantro, orégano, hierbabuena y tatsoi, son comercializados a través de SEMBRANA, una marca comunitaria que representa el esfuerzo, la calidad y el amor con el que se cultivan estos alimentos. Con la incorporación de 28 nuevas familias en 2025, y el fortalecimiento de otras 38 que ya hacen parte del proyecto, Patios Productivos continúa creciendo y sembrando una huella social positiva en Bolívar. Esta experiencia de transformación local se integra al programa Comunidades Más Productivas, que solo en 2024 impactó a 5.970 personas en 86 municipios del país. “Además de fortalecer el vínculo con mi familia, este proyecto me ha dado de comer”, afirma Sixto Silgado, un participante de 88 años que llegó desde Pasacaballos para inspirar a las nuevas familias con su historia. Porque cada compra, cada mensaje, cada voz que se suma, ayuda a consolidar un modelo sostenible que permite a las comunidades: Acceder a alimentos frescos y saludables. Generar ingresos desde sus propios hogares. Mejorar sus condiciones de vida y autoestima. Recuperar la confianza y la cooperación comunitaria.