El Comité Ejecutivo de la UEFA, reunido este viernes de urgencia, ha decidido que la próxima final de la Champions League no se dispute en San Petersburgo ante la ofensiva de Rusia en Ucrania.
El Estadio de Francia de Saint-Denis (París) será la sede del último partido de la competición, previsto para el 28 de mayo. El organismo rector europeo se alinea así con la Unión Europea en su política de sanciones y aislamiento a Rusia.
Pese a las estrechas relaciones comerciales que mantiene con la nación rusa, a través del patrocinio de Gazprom, la UEFA ha vetado a San Petersburgo. La decisión no debería acarrear ningún tipo de indemnización para la ciudad excluida al tratarse de una causa de fuerza mayor como es una guerra.
Esta es la tercera vez consecutiva que se cambia la sede de la final : en 2020 estaba previsto que el partido decisivo se disputara en Estambul, pero la pandemia provocó que se celebrase una final a ocho en Lisboa. En 2021, de nuevo el virus obligó al cambio, y de nuevo Estambul perdió la sede a favor de Oporto, en la final que disputaron el Chelsea y el Manchester City.