En 1995, Fredy Montalvo llegó a Cartagena en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, al no encontrar el trabajo que esperaba, decidió emprender con lo que mejor sabía hacer: preparar deliciosos cafés y chocolates. Así fue como comenzó a vender sus productos en las afueras de la Universidad de Cartagena, sin imaginar que ese sería el inicio de una trayectoria de casi 30 años dentro de la institución.
En sus primeros días, Fredy recorría el Centro Histórico ofreciendo sus preparaciones, con la Plaza de los Estudiantes como su lugar de descanso. Fue allí donde empezó a captar la atención de algunas colaboradoras de la universidad, quienes, atraídas por el sabor de sus cafés, se convirtieron en clientas habituales. Con el tiempo, estas mismas personas le sugirieron acercarse más al campus, facilitándole poco a poco su integración en la comunidad universitaria.
Uno de los momentos clave en su historia ocurrió cuando un jefe de seguridad de la universidad, al notar su presencia constante y la aceptación de estudiantes y empleados, le permitió ingresar al primer piso del recinto. Con el paso de los años y su creciente aprecio, se le concedió el permiso para recorrer todos los pisos, convirtiéndose como una figura querida entre profesores, empleados y estudiantes.
Para Fredy, su trabajo en la universidad no es solo un medio de sustento para él y su familia, ayudándole a mantenerla y sacarla adelante durante casi tres décadas, se convirtió en su rutina, en su vida. Disfruta del ambiente, las conversaciones con los estudiantes y la amistad que ha forjado con la comunidad académica. Hoy, 11 de marzo de 2025, su esfuerzo y dedicación han sido reconocidos por la misma Universidad de Cartagena, que le ha otorgado un espacio fijo. Una cafetería ubicada bajo las escaleras del primer piso, un testimonio del esfuerzo e impacto que ha logrado construir a lo largo de los años.











