Por Julio Bermúdez
Han pasado algunas semanas desde la intensa contienda electoral en Cartagena, marcada por las fuertes lluvias que dejaron a muchos de nuestros conciudadanos damnificados. En medio de la zozobra, mientras celebrábamos las fiestas de la independencia, el panorama político se ha definido con la elección de diez nuevos rostros en el concejo, un alcalde que ha batido récords de votación y un gobierno saliente que nos deja con una sensación agridulce.
Nuestra ciudad enfrenta retos desafiantes en los próximos años: gobernabilidad, seguridad, desarrollo económico, la actualización orgánica del distrito, el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y, sin duda, la imperativa necesidad de enfrentar el cambio climático y sus consecuencias, especialmente las fuertes precipitaciones.
En este último aspecto, la localidad 1 revela deficiencias preocupantes. Un informe de Funcicar señala que el 60% del presupuesto se destinó a capacitaciones, sin que se llevaran a cabo obras para enfrentar este tipo de emergencias. Además, los procesos de contratación ponen en peligro la transparencia de los fondos de desarrollo local.
Es urgente tomar medidas contundentes para abordar estas situaciones. Invito al futuro Alcalde Menor, que será elegido el próximo año, y a la Junta Administradora Local (JAL) de la localidad Histórica y del Caribe, localidad a la que pertenezco a emprender acciones que generen bienestar y minimicen los riesgos. Proyectos como la mejora de escenarios deportivos en Nuevo Bosque y Santa Rita, así como la rehabilitación de la Alcaldía local sede norte, son esenciales para el bienestar comunitario.
Otra labor crucial es empoderar a las comunidades y fomentar la democracia en todas las Unidades Comuneras de Gobierno. ASOJAC, que reúne a todas las Juntas de Acciones Comunales (JAC) de la localidad, debe convertirse en el primer socio de la JAL. Solo así podremos construir una cultura ciudadana más fuerte y participativa.
Felicito a quienes fueron elegidos para tomar decisiones en los próximos cuatro años. Les recuerdo que los gobiernos se asemejan a sus gobernantes, y a la ciudadanía le digo que la democracia y la política no se limitan a cada cuatro años, sino que son compromisos diarios.
Agradezco a las 1886 personas que depositaron su confianza en la idea de una política joven y diferente. Insto a todos los jóvenes a asumir el liderazgo en nuestra ciudad desigual, pobre y con una cultura política que requiere transformación. En tiempos en que muchos piensan en emigrar, pregunto: si todos nos vamos, ¿quién queda? Por mi parte, seguiré trabajando por una mejor ciudad en los ámbitos político, social y electoral.
Dios los bendiga a todos.