Por Cristián Torres Torres
Con mucha preocupación estamos los residentes de Cartagena porque el Centro histórico ha pasado de ser un lugar para ejecutar ese plan perfecto familiar de caminar sus calles por las noches para admirar una y otra vez su belleza e historia, la cual definitivamente no aburre, a ser el más grande el epicentro de la del desenfrenado turismo sexual de la región caribe y donde se ven cosas totalmente aberrantes, tales como personas sin pudor alguno teniendo relaciones sexuales en los parques, calles y murallas; donde establecimientos comerciales disfrazados de gastrobares y discotecas se usan para bodegas de reclutamientos de trabajadoras sexuales y residencia tipo motel. Es que haya sectores del Centro donde en las noches literalmente ya no se puede si quiera caminar sus calles porque están llenas de personas ofreciendo servicios sexuales, y no se exagera es hasta dificultoso transitar en vehículos y los nefastos coches a caballo por la alta oferta y demanda que hay de dichos servicios en las calles.
Para corroboración de lo dicho se tiene un vídeo que se hizo viral hace poco donde una persona documentó todo lo que ocurre en las noches del Centro Histórico y sus calles, allí se evidenció la real magnitud de este problema de orden público para la ciudad, y es que en ese vídeo se ven hasta niños y niñas a altas horas de la noche no solo presenciando sino también siendo parte de todo este bochornoso espectáculo que ocurre en las narices de las autoridades y ciudadanos, como quien dice ahora mismo son solo mentiras las líneas de una canción que dice así: “Noches de Cartagena que fascinan por el suave rumor que tiene el mar”, pues hoy las noches de esta ciudad, por lo menos las del Centro Histórico, huelen a maquillaje, alcohol, drogas, trata de personas, inducción a la prostitución, sexo, abusos sexuales y más, como quien dice el ejemplo más cercano a Sodoma y Gomorra lo tenemos en Cartagena en nada más y nada menos que su Centro Histórico, el que en otrora indicaban es lo que se muestra de esta ciudad para promocionar el turismo.
Hasta de seguir profundizando en la problemática, debo indicar que soy de los que aplico un principio creado por mí o por lo menos no me han demandad por su autoría y por eso lo aconsejo mucho a mis amistades y conocidos como lo es: “Si el problema está identificado, repite su solución hasta que te la creas”, y al caso en concreto siendo que no había necesidad de recalcar por vergüenza y por que se sabe perfectamente lo que ocurre en el Centro de nuestra ciudad, se hizo su reseña porque lo exigen los estándares de redacción para que el lector sepa de que se va a hablar, pero se sabe y además el problema está debidamente identificado y como se dijo, la idea es hablar una y otra vez hasta creernos de la posible solución a este tremendo lio, el cual no afecta a moradores y residentes de todo lo que compone el Centro, sus sectores y barrios vecino, esto le hace un daño a toda la ciudad y hasta municipios aledaños.
La primera solución que sé a muchos nos vendría a la cabeza es que por parte del Distrito y la fuerza pública se hiciera sentir hay autoridad para el control de este inconveniente de orden público y salubridad, y es así, pero que se debe precisar en atacar es a dos puntos que son la piedra angular de todo esto, como lo son el ofertante y al consumidor de esto servicios, más no al producto como dirían los comerciantes, pues son estos los principales beneficiarios y responsables de lo que ocurre y de la trata de personas, de la inducción a la prostitución forzada, de delitos sexuales abusivos, pues el primero como es consumidor satisface sus más bajos deseos y el ofertante se lucra de lo anterior pero todo ello aprovechándose de la necesidad de otras personas (el producto) y imposición ilegal que le hacen.
Por eso todo control debe ir casi que como en la guerra a atacar desde lo legal a esas personas y empresas criminales, pues con los operativos y denuncia contra esas personas del común que son las finalmente abusadas y esclavizadas, esto termina siendo inocuo, y demostrado está en que desde la pandemia por el Covid 19 y la apertura al turismo en la ciudad hay un desorden de ofertas turísticas sin control alguna, y peor aun sin miedo a las autoridades, por ello empezando debe hacerse las denuncias pertinentes contra los sitios, personas y empresas que fomentan estos delito y los que compran porque son ellos los que llevan a sostener la problemática comentada.
En otro punto para mí aunque suena fantasioso sería la solución que acabaría de tajo dicho problema, es que desde la iniciativa de las autoridades y de la misma ciudadanía se logre promover y fomentar para que desde el legislativo se piense en la forma en que se pueda dar la abolición de la prostitución, sí la abolición de lo que muchos despectivamente señalan como el oficio más antiguo de la historia como lo es la prostitución, pero si miramos a fondo esta realmente lleva consigo la violencia de genero más palpable y en extrema, pues son las mujeres en un 96% las más afectadas con esta practica disfrazada de alguna manera de legalidad, pero que no es más que el bodrio de la esclavitud, la misma que en teoría hace siglos se acabó, pero no, con esta actividad podemos ver su mejor veneración y permanencia en el tiempo.
Por eso, teniendo las herramientas de las las cuales se pueden echar mano se deben tomar cartas en el asunto y ampararse en tratados y convenios en pro de la protección de los derechos humanos que han sido ratificados en favor de niños y de las mujeres, así de ninguna manera se puede seguir permitiendo que el pago de una cantidad de dinero por sexo se siga considerando empleo, y aún más cuando lo que se da es aprovecharse de la necesidad de las personas por situación de pobreza y en otras tantas imposición de manera ilegal como lo es la trata de personas.
El problema está claro y por eso la solución hay que repetirla hasta que nos la creamos, pero no se debe rechazar ninguna intención por más mínima o fantasiosa que sea y suena, todo para para recuperar nuestro patrimonio, y sobre todo nuestra dignidad como ciudad. Cartagena y el Centro deben dejar de ser motivo de visita por turismo sexual.