Desde el antiguo carnaval de Cartagena, el capuchón fue un disfraz común que representó la burla al San Benito impuesto por la Inquisición durante más de 200 años en la ciudad. Este disfraz pasó del carnaval de febrero a las fiestas históricas del 11 de noviembre, las Fiestas de la Independencia.
La fiesta más vieja de la historia del país celebra un aniversario de la Independencia de más de tres siglos de dominio español. #LaVozQueNosUne
Primero fue la fiesta histórica, luego vino la fiesta pública y privada de los reinados populares y nacionales. El capuchón se ha transmitido de generación en generación, remendado y reconstruido siglo tras siglo, en el baúl de la historia.
El capuchón es un disfraz compuesto por dos partes: una túnica de manga larga que cubre el cuerpo del cuello a los pies, y una capucha para la cabeza pegada por la espalda, con agujeros para los ojos y una extensión de tela hacia la barbilla.
Históricamente, el capuchón fue un símbolo de resistencia contra la opresión inquisitorial en Cartagena. Hoy se reinventa en las nuevas dinámicas sociales y culturales de Cartagena, enriqueciendo los colores de la fiesta del 11 de noviembre.
Bajo la tela del capuchón, hay historias de juegos, amores, ilusiones, picardías y divertimentos individuales y colectivos.
Fuente: El Universal