Por Julio Bermúdez
El mes que acaba de pasar representa, como todo cambio, miedos, desafíos y esperanzas, todo depende desde donde se vea y cómo se afronte, tanto a nivel nacional como local. A sólo unas semanas de haberse posesionado Gustavo Petro como nuevo presidente, tanto él como su ministro de economía, José Antonio Ocampo, estuvieron reunidos en el congreso de la ANDI llevado a cabo en Cartagena. Una semana después estuvo su ministro de comercio, German Umaña, quien tuvo su participación en el congreso de Asobancaria, acompañado de la ministra de agricultura, Cecilia López.
Estos acercamientos me dejan una sensación positiva, pues es muy importante que el presidente y parte de su gabinete recién posesionado le dé la cara al sector privado, ya que puede ser un mensaje de calma entre tanta especulación e incertidumbre en el mercado; sobre todo por la nueva reforma tributaria que pretende pasar por el congreso.
Sin embargo, fuerte polémica también despierta el autodenominado gobierno del cambio, donde a su nuevo ministro de transporte, Guillermo Reyes, se le acusa de plagio y este afirma que “en esas envidias no se va a desgastar”. Así mismo, la escogencia del presidente del senado dejó enfrentado a dos fuertes dentro del Pacto Histórico, Roy Barreras y Gustavo Bolívar. Todo esto sin mencionar cómo se aliaron el Centro Democrático con el partido de gobierno para la elección del nuevo Contralor. Pero como diría uno de mis profesores, “la política es dinámica”.
Se dice que una cosa es dar discursos y otra es gobernar, y desde el día uno el Presidente intentando cumplir con las promesas hechas en el discurso de posesión, en donde se dijo que se premiará la cooperación a la competencia y abriría la posibilidad de quien quisiera participar. En dicho discurso también lanzó un mensaje para reconciliar a la región, algo que ya está sucediendo con el vecino país, y que despierta pasiones entre personas que están a favor y contradictores.
Por otro lado, dentro de su discurso electoral se hizo énfasis en la transición energética y el cambio climático, temas donde no hay mucho consenso. Sobre todo, el punto de cambiar la vocación de Ecopetrol, una de las empresas más sólidos del país, en la cual el gobierno tiene la participación mayoritaria en la Junta, y que el semestre pasado fue el mejor de su historia, pero que ahora sus acciones están desvalorizadas, no solo por la realidad política sino por el mercado del petróleo a nivel global.
Dentro de los retos más grandes está como aterrizar los discursos nacionales a la realidad local. La última semana de agosto se presentó el informe de calidad de vida de Cartagena, por parte del equipo de Cartagena Cómo Vamos. Este es un ejercicio sumamente valioso, que se nutre del trabajo de tanto el sector privado como la academia, apoyados por medio de comunicación y diferentes fundaciones.
Dentro del informe vemos cifras que deberían dejar a todos muy preocupados, pues tenemos una ciudad con una esperanza de vida de 72 años, donde 6 de cada 10 empleos son informales y donde más de 400.000 personas viven en condición de pobreza. Entre el 2019 y el 2021 hay 77.000 personas que no logran acceder a alimentación y vivienda. En temas de calidad educativa, en el 2021, 62% de colegios se encontraron en las categorías más bajas en las pruebas saber 11, y son los colegios públicos quienes aportan la mayor cantidad de colegios a estas categorías.
Justo después de la entrega del informe, William Dau, el alcalde de Cartagena dio unas palabras, las cuales resumiendo serían que, recibió una ciudad desfinanciada, endeudada por las casas políticas que habían pasado en las administraciones anteriores. Finalizó su intervención diciendo que su principal bandera es en contra de la corrupción.
Al finalizar la jornada, pude divisar a los personajes más importantes del sector público de la ciudad, la nueva secretaria de interior, secretario de planeación y personalidades del sector privado.
Horas después de haber escuchado el informe fui a tomarme un café tratando de procesar lo que no es secreto para nadie, lo “jodida” que está la ciudad. A la mitad de mi café, al mediodía, cuando el sol está en su punto más candente y azota de manera inclemente, me percaté de que había en la puerta quizá más de treinta jóvenes como yo, todos y todas llevaban una carpeta con documentos, me acerqué y le pregunté a una chica “¿qué hacen?”, me contestó que estaban participando en una convocatoria, donde había solo tres vacantes, para trabajar en el establecimiento donde compré el café. Paralelo a esto, entre cinco y seis personas de tercera edad entraron al establecimiento vendiendo chance, personas que me hicieron recordar las cifras de pobreza vistas esa mañana.
El gobierno de “los y las nadies”, fue parte del discurso de la vicepresidenta cuando se conoció que habían ganado la contienda electoral, me hacen recordar las palabras de Eduardo Galeano:
“Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de la pobreza”.
Ojalá que esta sea una oportunidad de algo diferente, en medio de los quehaceres políticos y económicos, donde no existan más personas de tercera a quienes les toca vender chance para poder comer porque no tienen pensión. Que el gobierno del cambio no solo sea a nivel nacional sino local.