Crítica a Ave María de Schubert

Por Angie Marcela García Taborda

Me gusta escuchar Ave María de Franz Schubert en la voz de Mirusia más que en la de María Callas, ambas tienen poesía, gritan con suavidad, tienen un delirio armónico por tocar el alma, a mi me nutre, me sacia, me quita la sed, esa canción es creada por Dios, como todas las canciones hermosas, amo la ópera, a pesar de que me cuestione si debo rezarle a la virgen María, solo pienso en Jesús cuando fue crucificado y cuando estaba en la oscuridad lleno de miedo pidiéndole ayuda a Dios.

Es una bendición tocar los hilos de las voces que interpretan Ave María.  Esta obra de arte es una invitación a reflexionar sobre quiénes somos, es una pausa para el encuentro con el Padre, el piano se pasea suavemente por nuestros corazones con un violín que hace introspección. Aaave, somos aves con muchas vidas, el mundo nos corta las alas cuando dejamos de creer, el mundo no tiene la culpa, María, somos nosotros, somos nuestra propia voz en cada melisma, es un placer invitarlos a vivir la hermosa vida escuchando diariamente Ave María, caigo lentamente en un abismo porque no encuentro más palabras.

Me siento como en el cielo escuchando la versión de Mirusia, inhalo y exhalo paz con la versión de Pavarotti, parece que el tiempo se detiene con cada nota, la mejor adoración a nuestra primera madre es con una bella melodía, me siento humana y camino por entre mis voces para escuchar profundamente los latidos de mi corazón, mi alma se viste de blanco por la paz que produce la excelsa composición del grande Schubert. Ahora me reencuentro luego de tantas crisis, no puedo ocultar una voz que se queda grabada en mis pensamientos y pesares para convertirlos en una armonía dulce, pero este dulce no hace daño, sino que restablece, compone, arregla, ordena el caos, me siento como una pluma blanca que sólo da buenas nuevas.

No quiero que discutamos a ver cuál será la mejor versión, cada voz tiene su encanto, su goce, su magia, su poder y su hechizo. Parece que estuviera contemplando el mar o un lienzo de Juan Carlos Ibañez; esta es la inmensidad, lo infinito de las cosas bellas, vale la pena vivir para escuchar esta obra, siento vestirme de agua pura con la versión de Andrea Boceli; para mi es un sueño conocer a todos los tenores del mundo; libertad, es lo que siento escuchándolos a todos, ojalá así sean los procesos de paz en Colombia, ojalá y los jóvenes compongan ópera y no otras cosas, en este texto no cabe nada negativo, solo belleza y adoración al arte de Schubert, Dios le ha concedido los mejores talentos que cualquiera desearía. Quiero resaltar la versión en la voz angelical de Celtic Woman, tan tierna como la mirada de mi ahijada.

Admito que tiemblo escuchando la voz de Aida Garifulina con su fuerza y pureza a la vez. Y en mis temores, siento nostalgia con Nina Solodovnikova. Y en mis tormentas eternas está la voz de Jackie Evancho, en ella siento compasión y piedad, hermoso color e interpretación.

Hablemos un poco historia

El Ave María de Schubert es la penúltima canción (nº6, D 839) y se le conoce como la tercera canción de «Ellen o Himno a la Virgen».

Ave María no nació como una partitura religiosa, se trata del  penúltimo lied que pertenece a un ciclo de siete canciones que el compositor escribió (así como otros músicos en la Edad Media), la obra musical se basó en el poema épico ‘La dama del lago’ de Walter Scott publicado en 1810, el cual fue muy influyente durante el siglo XIX.

Esta obra combina tres historias, por un lado, están los tres caballeros que se quieren ligar a la Dama del Lago (Ellen Douglas). Por otro lado, la enemistad del padre de Ellen, James Douglas y el rey de Escocia, James V. Todo ello, en el contexto de una guerra entre clanes escoceses. En fin, un lío que acaba, milagrosamente, con todos felices y la Dama casándose con el Rey. En el momento en que Ellen canta su tercera canción, se encuentra escondida con su padre en la Cueva del Duende huyendo, precisamente, de James V. Por ello, invoca y pide la protección de la Virgen María. Por lo demás, y aparte de las dos primeras palabras de la letra (que se repiten en el estribillo), esta no coincide con la oración latina, si bien, en arreglos posteriores, se ha adaptado el texto católico a la música de Schubert. M. Castro (28 de noviembre de 2010).

El Ave María de Schubert … que no es un <<Ave María>> Enchufa 2. https://www.enchufa2.es/archives/el-ave-maria-de-schubert-que-no-es-un-ave-maria.html.

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