Carlos Humberto Forero, un fotógrafo de 69 años, tiene una trayectoria de 34 años en donde ha fotografiado a unas cien mil personas que han perdido la vida en medio de accidentes o por acción de criminales, razón por la cual se le llama el fotógrafo de la muerte.
Forero pasa arriesgando su vida en las calles de Bogotá, llevando consigo su lente para capturar en el momento exacto en que la muerte quiera aparecer.
Él es un fotógrafo insignia del grupo de inspección a cadáveres del CTI (Cuerpo Técnico de Investigación). En una escena del crimen su rol es importante para establecer hipótesis y determinar causas, por lo que la muerte se convirtió en su vocación.
Debido a su larga experiencia en el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y ahora en el CTI, se ha convertido en un gran observador y de alta precisión, siendo uno de los legendarios de esta clase de fotografía, una labor difícil.
Un encuentro con la muerte
Sin embargo, no siempre fue testigo de cómo la muerte se lleva a las personas, ya que una vez casi se vuelve una víctima durante la época del narcoterrorismo, exactamente el 6 de diciembre de 1989, en el atentado que recibió el DAS a manos del cartel de Medellín en cabeza de Pablo Escobar.
Ese día, 500 kilos de dinamita estallaron frente al edificio, dejando muertos y muchos heridos a su paso. No obstante, para Carlos pareció el fin del mundo, aunque no lo fue. Incluso, él recuerda con temor cómo se oscureció todo.
El fotógrafo de la muerte tiene un récord histórico y triste: cientos de miles de víctimas retratadas, a las que siente que les hizo justicia inmortalizando su final; una misión cumplida.