En las bulliciosas calles de Cartagena, especialmente en zonas como el mercado de Bazurto, una figura común y emblemática es la de los carretilleros: trabajadores que, con su carretilla llena de frutas, verduras y otros productos, se abren paso por la ciudad. Este fenómeno no solo es una tradición local, sino que también representa una parte fundamental de la economía informal de la ciudad, contribuyendo al sustento de miles de familias.
El origen de los carretilleros de Cartagena está estrechamente vinculado a los procesos de migración desde las zonas rurales hacia la ciudad. A medida que las oportunidades laborales en las áreas rurales se redujeron, muchos campesinos y trabajadores de pequeñas localidades buscaron en la ciudad una alternativa para ganarse la vida. Al llegar a Cartagena, se encontraron con un mercado competitivo, donde el trabajo formal era escaso, y así, el comercio ambulante se convirtió en una vía para subsistir.
La carretilla, como herramienta de trabajo, les permitió a estos migrantes transportar productos a lo largo de la ciudad, desde el Mercado de Bazurto hasta las calles y barrios cercanos. A lo largo de los años, esta actividad fue creciendo, convirtiéndose en una tradición popular, tan arraigada que se considera parte esencial de la identidad cartagenera