En toda Latino América se han construido cárceles para mejorar la seguridad de los estados, sin embargo, estos lugares se han desbordado de reclusos en las últimas décadas y se han convertido en centros de comandos de importantes organizaciones criminales.
Estas bandas que surgen desde las prisiones tienen el narcotráfico como su principal fuentes de ingresos, además, lagunas han empezado en otras modalidades de delitos, desde extorsiones hasta minería ilegal.
Asimismo, la población carcelaria de América Latina, ha crecido 200% en Sudamérica y un 77% en Centroamérica desde los 2000, según el World Prison Brief, un informe mundial de datos penitenciarios publicado en 2021 por el Instituto para la Investigación de Políticas de Crimen y Justicia.
Tanto así que en Ecuador, las prisiones son epicentro de una crisis de seguridad pública inédita. En Brasil o Venezuela, grupos criminales nacidos tras las rejas se expanden por la región. Y en Centroamérica, los gobiernos toman medidas extremas ante el poder ejercido por pandillas desde las cárceles.
