¿Qué será de Wilson?

Por Alvaro Morales de León

Wilson, es el habilidoso, inteligente pero desafortunado Pastor Belga Malinois que siendo miembro de uno de los Comandos Militares de la “Operación Esperanza”, entregándolo todo, empleándose a fondo, y haciendo uso de sus habilidades y su destreza, haciéndose acompañar de su guía sirvió para que 350 militares de esta Operación no perdieran el optimismo y la confianza de encontrar con vida a los cuatro niños Mucutuy, de la etnia Uitoto, perdidos en la selva del Yarí como consecuencia de una tragedia área ocurrida en esta espesura selvática a principios del mes de mayo.

Wilson, desde el principio de la Operación, se internó en la espesa manigua del Yarí husmeando metro a metro, centímetro a centímetro procurando dar con la ubicación de los párvulos extraviados.

Pero la tarde del viernes 9 de junio, día en que miembros de la Operación Esperanza encontraron a los niños extraviados no pudo Wilson hacer parte del emotivo momento ni de la explosiva alegría y jubilo que embargó a los militares comandados por el jefe de la Operación, el Brigadier General, Pedro Sánchez, por encontrarse perdido y seguir perdido desde finales de mayo.

El infortunado y desamparado Wilson, perdido y abandonado a su suerte en la tupida manigua del Yarí, como todos los de su raza que data desde la Edad Media, tienen su origen en la región de Malinois en Bélgica, y es un perro perfecto para el pastoreo, sobresaliente por su increíble fortaleza, además de ser un excelente protector, obediente, y fácil de educar; también, con la habilidad, previo adiestramiento, para detectar con facilidad drogas ilícitas, bombas e incluso, gases explosivos, siendo igualmente una de las raza con más habilidades para la búsqueda, rastreo y rescate.

Pero ninguna de las cualidades ni las capacidades de Wilson ni el valor y valentía que demostró para de manera incondicional adentrarse en la jungla le sirvieron para que su búsqueda, como la de los niños Mucutuy continuara, no se diera por finalizada.

Considero que el cuerpo de profesionales encargados en el ejército y la Policía del cuidado y adiestramiento de estos perros como Wilson fallan al no incorporarle chips o GPS al cuerpo de estos caninos, sobre todo cuando salen a tareas de rescate en terrenos difíciles como las selvas de Colombia, con los cuales serían fáciles de localizar; esperamos que ahora, con Ulises, el congénere de Wilson, que está apoyando las labores de búsqueda de cuerpos en la tragedia de Quetame, no llegue a pasar los mismo que con Wilson.

Finalmente, dice el refrán: “Así le paga el diablo a quién bien le sirve”

 

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