Energía

Cada 21 de octubre se celebra el Día Mundial de la Energía. La idea es que se tome conciencia sobre el ahorro de energía e incentivar un cambio de hábitos de consumo para el cuidado del medio ambiente.

El consumo de energía implica el uso de recursos naturales, recursos derivados, sobre todo, de combustibles fósiles, como el carbón o el petróleo, que son limitados en nuestro elevado costo, no solo económico, sino también ambiental. A esto se suma el sobreconsumo energético que se lleva en la vida cotidiana, un hecho que nos obliga a hacer un uso racional de la energía y concienciar a la población de los beneficios que aporta y también de sus límites.

El cuidado de nuestro planeta se está convirtiendo en todo un desafío y ahorrar energía representa una responsabilidad colectiva. El cambio climático es innegable, y en este contexto, resulta indispensable apostar por una forma de producir energía sostenible y segura.

Acciones urgentes para frenar el cambio climático

En el marco del último Foro Económico Mundial (World Economic Forum), que celebró su 50ª reunión anual en Davos el pasado mes de enero, quedaron patentes numerosas llamadas a la acción urgente realizadas por importantes responsables políticos para frenar el cambio climático. Concretamente, Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, mencionó la importancia crucial del sector energético a la hora de recortar las emisiones globales. Birol destacó que, o asumimos unos objetivos ambiciosos, o no seremos capaces de recortar las emisiones de gases de efecto invernadero: “El mundo debe intensificar su acción y debe hacerlo urgentemente”, declaraba Birol.

El sector de la energía es responsable de más de dos tercios de las emisiones mundiales. Para poder cumplir con los compromisos mundiales por el clima, la industria y los gobiernos deben tomar medidas para asegurar que esas emisiones alcancen su punto máximo lo antes posible y luego trabajar duro para reducirlas drásticamente.

Desde la AIE ya demostraron en su último informe que es posible reducir en un tercio las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía para 2030, mediante políticas rápidas e inteligentes de los gobiernos que den a las empresas y a los inversores los incentivos y la claridad que necesitan para acelerar las transiciones a la energía limpia.

Pese a la gran ambición requerida, son muchos los ejemplos de experiencias como en Dinamarca o India, que demuestran que todo esto es posible. Pero para todo ello se necesita un fuerte respaldo político que haga posible la inversión en las tecnologías y hacer que éstas sean más competitivas. La situación exige una gran coalición que incluya a gobiernos, inversores, empresas… , comprometida genuinamente con tomar medidas concretas para reducir las emisiones globales.

propuestas para contribuir, a nivel individual, con nuestro particular grano de arena:

  • Usar calefacción, aire acondicionado, ascensor, etc., que ahorren energía eléctrica.
  • Usar, siempre sea posible, de luz natural.
  • Mejorar/optimizar la protección y el aislamiento térmico.
  • Ventilación natural.
  • Sanitarios que economicen el agua.
  • Iluminación de bajo consumo.
  • Fomento del reciclaje y de la reutilización de materiales, incluido su transporte a un punto limpio cuando acaba la vida útil del producto.
  • Control de los recursos materiales, optando por aquellos de origen ecológico o reciclado.
  • Apostar por el uso de energías renovables.
  • Comprar energía limpia.
  • Inspecciones periódicas para comprobaciones físicas del correcto funcionamiento de los equipos.

Recuperado de: CIC CONSTRUCTION GROUP

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