Este 26 de noviembre se llevó a cabo en el municipio de Pasacaballos, sector Medre Herlinda, en el centro de Excelencia para la primera infancia, la celebración por los avances en educación que buscan seguir transformando la ciudad. De la mano dé un colectivo de más de 36 empresas que hacen parte de este impacto, para hacer responsabilidad social para generar sostenibilidad en Cartagena y Bolívar. “Entregándole a la comunidad un centro con lo mejor que hay en educación inicial a nivel de Latinoamérica, para 200 niños, 200 familias y más de mil personas de todo el ecosistema que hay en el corregimiento de Pasacaballos” Mencionó, Liliana, cuello, Directora ejecutiva del colectivo Trasos. Impacto que también incluye a los padres en el fortalecimiento de hábitos de crianza, formación a gestantes y lactantes, mujeres embarazadas y la formación a 32 agentes educativas, encargadas de la atención en un promedio de 15 niños en primera infancia. Una población de un aproximado de mil personas que se están beneficiando en este centro de excelencia.

25 años del asesinato de Jaime Garzón un periodista y humorista, que conmocionó a Colombia, dejando una marca en la lucha por la libertad de expresión. El 13 de agosto de 1999, atentado donde fue acribillado en Bogotá mientras se dirigía a su trabajo en Radionet, un crimen que refleja la creciente violencia de la época. las amenazas que había recibido, Garzón no lo intimidaron, continuó con su labor como crítico social y defensor de la justicia, convirtiéndose en un símbolo de resistencia en el país. Su atentado se llevó acabo por órdenes de Carlos Castaño, líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Garzón como una amenaza para sus ideales. sicarios que se hacían llamar «La Terraza», por órdenes de Castaño, procedieron a realizar el crimen. y en 2016 José Miguel Narváez, ex subdirector del DAS, fue condenado por influir en el asesinato, y algunos de los implicados siguen sin ser juzgados. El caso de Jaime Garzón ha puesto en evidencia la complicidad entre sectores del Estado y grupos paramilitares, revelando una profunda corrupción e infiltración en las instituciones públicas. A pesar de algunos avances, como la condena de Narváez, la falta de resolución completa del caso deja un sentimiento de impunidad y frustración en la sociedad colombiana.