Bolivarense Positivo: Mónica Cruz embelesa más corazones que rostros

Mónica Cruz es la tercera hija de cuatro hermanos, esposa, mamá de tres hijos, cosmetóloga y empresaria. Jugó a la peluquería desde los cinco años y desde los 25 que convirtió ese juego que tanto le gusta en su realidad diaria.

Siempre me gustó arreglar a mis amigas maquillándolas y peinándolas. A mis tres hermanos les cortaba el cabello y los depilaba con cera sin aún haber estudiado.

Junto a su esposo Juan -en ese momento, gerente de L’Oréal para la costa- decidió montar la primera peluquería en la que Mónica se sentía más a gusto atendiendo al cliente y esforzándose por, más allá de hacerlo ver bien, ofrecerle un buen servicio. Siempre le gustó estar cerca del cliente y trabajar en pro de él.

Siempre me ha encantado ayudar a la gente. Desarrollé mi don del servicio desde muy pequeña.

Ella, con 25 años y estando en la parte de ventas; Juan, con 26 y en la administración del negocio. Así fue cómo se organizaron para empezar su primer emprendimiento con un pequeño local en Manga y todas las metas trazadas a siempre algo más grande, algo ‘más bonito’.

Formar una empresa es el regalo más grande que Dios puede darte porque tú nunca lo vas a dejar tirado, porque hace parte de tu esencia como ser humano.

Si bien logró convertirse en empresaria, ella recalca en la importancia del trabajo en equipo para la obtención de todos sus logros.

Desde pequeñita soñaba con ser líder, mandar y no tener jefe. Pero, aún cuando tú tienes tu propia empresa, eso tampoco se da; porque, de una u otra forma, tú siempre estás trabajando con gente y debes tomar decisiones con tu gente. Incluso, en algunas circunstancias, debes también ser avalado por esa gente.

Al formar una empresa, tú tienes la visión de lo que vas a hacer, y esa visión no se hace sola, se hace con la gente.

Con seis sedes de su estética en Cartagena, donde el 90% de los trabajadores que la acompañan son madres cabezas de hogar, Mónica Cruz está aportando al progreso de las próximas generaciones y alcance de mejores sociedades cartageneras.

Entre más preparadas estén esas madres, más allá de la parte profesional, mejor juventud podrá criarse para nuestra actual sociedad.

Hoy Mónica es consciente de todo lo que tiene para ofrecer a cada trabajador y cliente que cruce las puertas de un local que busca embellecer a la ciudad, empezando por afuera, y llegándole hasta adentro.

Nosotros tenemos es un ‘hospital del alma’ donde la gente viene para verse bonita por afuera, pero todo ese deseo empieza desde adentro; desde las muchas preocupaciones e inseguridades que pueden originarse por la falta de aceptación y autovaloración.

Ella es consiente de lo mucho que la gente necesita de amor y felicidad en sus vidas. Sabe de la importancia de que las personas de tu entorno te hagan sentir bello para, cada día, hacerte más bello. Pero, también confía en que esa búsqueda debe estar sustentada en el amor propio antes que en el ir por el cariño y aceptación de otros.

Si desde afuera quiero aceptación, primero debo aceptarme a mí misma.

Mónica Cruz es sin duda una ganadora de la vida que busca adornarle la perspectiva a la mayor cantidad de cartageneros que pueda.

Confía fielmente en lo posible y real que se vuelven tus metas si buscas embelesar, más que solo tu exterior, el interior de tu alma para así hacer que cada sueño que habita en ti quiera salir y adornarte tu realidad y embelesarte todo tu exterior.

 

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