La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha suspendido varios de sus programas clave en Colombia, afectando directamente iniciativas de paz y seguridad en el país. Esta decisión ha generado una gran preocupación sobre el futuro de proyectos vitales que han estado financiados por la agencia durante años, especialmente aquellos enfocados en la implementación del acuerdo de paz con las FARC y en la lucha contra el narcotráfico.
• Suspensión de Programas: La decisión afecta a 80 programas que anualmente recibían cerca de $440 millones, destinados a iniciativas de reintegración para exguerrilleros y reducción de la producción de cocaína.
• Disminución de Fondos: La asistencia de USAID a Colombia en 2023 fue de $453 millones, lo que representa un 8.8% menos que lo solicitado para 2025.
• Porcentaje de Ayuda: En 2024, USAID aportó $384 millones, lo que representó el 86% de toda la ayuda de los Estados Unidos enviada a Colombia.
• Programas de Paz: Iniciativas clave como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Agencia Nacional de Tierras (ANT) están en riesgo debido a la falta de financiación, lo que pone en peligro la implementación del acuerdo de paz con las FARC.
• Organizaciones Sociales: Decenas de ONG afrocolombianas e indígenas enfrentan cierres debido a la pérdida de fondos destinados a proyectos productivos y de desarrollo comunitario.
La suspensión de los fondos de USAID se ha producido en el contexto de una reevaluación de las políticas de cooperación por parte del gobierno de los Estados Unidos. A pesar de los logros obtenidos en años recientes, como la disminución de cultivos ilícitos y avances en la reintegración de excombatientes, USAID ha decidido centrarse en nuevas prioridades internacionales, lo que ha derivado en una reducción drástica de la ayuda asignada a Colombia. Esta decisión también responde a la reestructuración interna de la agencia y los cortes presupuestarios impulsados por las políticas del gobierno estadounidense en cuanto a la asignación de recursos para la cooperación exterior.
La suspensión de estos fondos ha generado fuertes críticas tanto en Colombia como en Estados Unidos. Líderes de ONGs y organizaciones de derechos humanos califican esta medida de “irresponsable”, advirtiendo sobre las graves consecuencias para las comunidades vulnerables. Se teme que la falta de financiación intensifique los problemas de violencia y el narcotráfico en Colombia, especialmente en las regiones más afectadas por el conflicto armado.
El gobierno colombiano enfrenta ahora el desafío de buscar alternativas para financiar estos programas y mitigar los efectos de la suspensión de USAID. Mientras tanto, las comunidades afectadas siguen esperando soluciones urgentes que garanticen la continuidad de los proyectos esenciales para su desarrollo, seguridad y bienestar.
USAID había invertido alrededor de $453 millones anuales en Colombia en programas de desarrollo, paz y seguridad. Este apoyo representaba una parte fundamental de los esfuerzos para la implementación del acuerdo de paz, la erradicación de cultivos ilícitos y el fortalecimiento institucional en las regiones más golpeadas por la violencia y el narcotráfico.