Teremar Londoño, gestora social del distrito de Cartagena, arquitecta urbanista y hermana del actual alcalde Sergio Londoño, ha implementado desde su labor en la ciudad la «acupuntura urbana», estrategia de proyectos sostenibles en la que a través de pequeñas obras ecológicas se puede conseguir un alto impacto en la comunidad
Desde el mes de septiembre, la Gestión Social de Cartagena encabezada por Teremar Londoño, ha trabajado, como nunca antes se había visto en la ciudad, en la vinculación de las comunidades con la ejecución de obras de infraestructura para su propio uso y beneficio, a través dos proyectos: Puentes de esperanza y Parques de esperanza. El único elemento imprescindible para su construcción es que la población tenga la voluntad y las ganas de ayudar.
Cartagena es recorrida por 154 canales, de los cuales la gran mayoría no tiene puentes que conecten los barrios separados por estos conductos, convirtiéndose al final en fronteras invisibles y lugares de enfrentamiento entre pandillas. Para unir a las comunidades y facilitar su comunicación y acceso, desde la gestión social se han instalado 48 puentes de esperanza, elaborados de material reciclado, recolectado con botellas y empaques plásticos por parte de la misma comunidad, que al ser procesado forma un material muy duradero, que además cierra el ciclo contaminante del plástico. Gracias a esta labor, los habitantes de los barrios beneficiados pueden ingresar sin temor a que los inestables puentes de palo y madera que antes existían se derrumbaran con su paso.
Por las implicaciones sociales que las divisiones han creado en Cartagena, este proceso se ha enfrentado a algunas dificultades, como en el caso de Isla de Belén y Fredonia, donde se construyó un puente, que es el único que une a las comunidades, sin embargo, es imposible construir más puentes entre ellos dada la negativa de los mismos habitantes de dichos barrios basándose en que perderían el control de quién entra y sale, representando para ellos un peligro permanente. Del mismo modo, la policía ha manifestado que entre más puentes existan, más facilidad tiene la gente para huir y esconderse. Soluciones que a la vista de Teremar no son idóneas pues acostumbra a la población a carecer de cultura ciudadana, contrario a lo que se busca fomentar y enseñar para garantizar relaciones pacíficas y solidarias entre vecinos.
En el recorrido por conocer realmente la ciudad, la Fundación Social que trabaja de la mano de la Universidad Tadeo Lozano en la Comuna 6, se destacó en el área de los parques, gracias al particular trabajo en equipo que realizan. Esta fundación aporta ciertos recursos, que junto a los diseños realizados por la Universidad, convierten puntos lugares de conflicto, como espacios de enfrentamientos entre pandillas, basureros satélite y lotes baldíos, en espacio público aprovechable. Hace 2 años la Fundación Social venía trabajando con una zona del barrio El Pozon, sin poder avanzar en el proyecto por falta de apoyo por parte de la administración distrital. Teremar y su equipo de Gestión Social decidió unirse a la causa aportando desde la Alcaldía el relleno del lugar que tenía 80 cm de inundación para sacar adelante este parque que finalmente fue entregado en días pasados.
Así mismo sucedió con 3 parques más, donde la misma comunidad sembró los arboles, fundió las placas de los caminos y realizó los murales con las manos de los jóvenes en riesgo. De esta manera, desde septiembre hasta diciembre se han logrado 4 parques, sin recursos del presupuesto, independientes de los ejecutados por las distintas secretarías distritales. Teremar Londoño, más que la gestora social, es una ciudadana que siente a Cartagena, que conserva la esperanza de salir adelante, siempre que exista unión y esfuerzo. Para el futuro, planea conseguir con el tiempo restante la construcción de 100 puentes para la ciudad, 10 parques y, además, implementar un proyecto de apropiación del espacio público, del cual estará presentando más adelante.