Por Wilson Toncel

El 16 de marzo falleció Arnold de Jesús Ricardo Iregui, quien tuvo el infortunio de ser quien abrió la cuenta de víctimas mortales por el Covid-19 en Cartagena y Colombia. El taxista de 57 años contrajo el virus al transportar a turistas extranjeros, y luego de una lucha de 12 días su deceso fue notificado por las autoridades como caso sospechoso, que tiempo después fue confirmado. Lastimosamente él no alcanzó a conocer a ciencia cierta qué tenía.

Hoy, 6 meses después, contamos más de 500 muertos y 22 mil contagios reportados, de los cuales 239 están activos, la reapertura de la ciudad hacia la nueva normalidad coincide con la fecha de este lamentable suceso.

Creo que con este recordatorio debería ser suficiente para volver a hacer un llamado a la responsabilidad individual, que será el pilar de la contención del virus en nuestra ciudad a partir de ahora.

El SARS-CoV-2 no se ha ido, pero se hace insostenible para la sociedad, en diferentes aspectos, continuar en cuarentena estricta. Es por eso que el lavado de manos, el distanciamiento social y el uso de mascarilla son las herramientas que los ciudadanos debemos utilizar para ayudar a las autoridades, a quienes les corresponde el testeo y cerco epidemiológico. Sin duda debe ser un trabajo en conjunto.

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