“Deberíamos ser los padres de nuestro futuro en lugar de los descendientes de nuestro pasado”. Miguel de Unamuno
Por Alvaro Morales de León
Podría frisar los 84 años de edad Germán Bula Hoyos, el preclaro abogado sahugense, parlamentario, ministro de agricultura, dos veces gobernador de Córdoba, y representante de Colombia ante la FAO cuando su coterráneo Bernardo Elías Vidal, más conocido en el mundo de la política como “El Ñoño” Elías, apenas era un mozalbete próximo a los 30 años de edad que se hacía elegir por los cordobeses como Representante a la Cámara con las banderas del Partido de la U.
“El Ñoño” se había constituido, con los malos ejemplos incluidos, en el heredero político de su padre Bernardo Miguel Elías Náder y de sus parientes Jorge Elías Náder y Salomón Náder, también cuestionados por delitos contra la administración pública y por vínculos paramilitares.
Pero los mismos 30 años de edad eran los que para el 2006 también tenía el tristemente célebre Emilio Tapia Aldana, el abogado, empresario y contratista sahagunense cuando su entrañable amigo, “El Ñoño” Elías, era elegido parlamentario por primera vez.
Sin embargo, no sólo Emilio Tapia Aldana, el condenado en el “Carrusel de la contratación de Bogotá” y ahora vinculado con la defraudación a MinTic y “El Ñoño” Elías los únicos que parecieran haberse puestos de acuerdo para mancillar el buen nombre que por esta población cordobesa había construido por muchos años el prestante político liberal Germán Bula Hoyos también nacido en la que inicialmente fue bautizada como San Juan de Sahagún.
Todavía, para el 2006, año en el que se estrenó como congresista “El Ñoño” Elías, nada se sabía, ni de manera premonitoria, de la catástrofe administrativa, la desbordada corrupción y de los delitos contra los dineros públicos que le sobrevendrían al departamento de Córdoba cuando el primero de enero de 2012, con apenas 31 años de edad posesionaba como su nuevo gobernador a Alejandro Lyons Muskus, hoy prófugo de la justicia colombiana, quien no tuvo escrúpulos para hacerse como suyos tales dineros destinados a los pacientes hemofílicos así como a los de las regalías orientadas para la investigación científica y el progreso del departamento.
Pero el asunto no se detuvo ahí, además de los Tapia y los “Ñoño”, también hacen parte de este sahagunense y delincuencial “Clan de Corrupción”, conocido genéricamente como “Los Ñoños, los igualmente oriundos de este golpeado municipio, los Besaile Fayad; Musa, elegido senador por primera vez en el año 2010, con escasos 40 años, y reelegido en el 2014, así como su hermano, el exgobernador de Córdoba, Edwin Besaile Fayad, sucesor de Lyons como mandatario regional entre el año 2016 y 2018 e igualmente comprometido “hasta los tuétanos” en el “Cartel de la Hemofilia” de este departamento y en vínculos con el paramilitarismo.
No podría quedar por fuera de esta lista el señor Otto Nicolás Bula Bula, quien llegó al congreso por el Partido Liberal y es recordado no solo por ocupar la curul perdida por el primo del expresidente y exsenador, Mario Uribe Escobar, por comprobársele vínculos paramilitares, sino por su condena por sus vínculos de corrupción con los Odebrecht y por ser, además, despojador de tierras a campesinos de los Montes de María.
¿Cuándo se produjo el quiebre de San Juan de Sahagún? ¿Y qué hizo que ello sucediera para que Sahagún pasara de ser un territorio de 90.000 habitantes otrora conocido por su prosperidad intelectual que la distinguió como la “ciudad cultural de Córdoba”?
Pero no todo lo de Sahagún es de malas referencias por políticos presos, despojados de su vida política y prófugos de la justicia por desangre a los recursos públicos y vínculos de corrupción con la constructora Odebrecht y el “Cartel de la Toga”, sino que aún, a pesar de todo esto, por esta población siguen “sacando la cara” vástagos de los Bula Hoyos como Germán Bula Escobar, ex ministro y hoy Magistrado del Consejo de Estado.
Finalmente, el Sahagún de aquel entonces, el que describe “El Cabo” Herrán, no podía ser diferente a una población sana y alegre al punto de haber entrado a ella “emparrandado” y haberla dejado con un tremendo guayabo hasta llegar a “La Ye”, uno de sus tres corregimientos.
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