Por Samuel Simanca 

Puede que muchos de ustedes, mis lectores, hayan escuchado o leído uno de los libros más populares de George Orwell, Rebelión En La Granja. Y digo, personalmente que es el mejor del autor; su valor histórico para entender la geopolítica del siglo XX, hace de este una pieza cultural y literaria importante.

Ya, ya, tampoco voy a ponerme académico, sin embargo, quisiera que recorramos las páginas de este libro sin prejuicios anticipados, entremos como uno de los animales que trabajan el día entero en un lugar dónde habrá de ocurrir algo sin precedentes, la Granja Manor.

La historia empieza con el señor Jones, un granjero que atraviesa una crisis, por eso, sin encontrar más consuelo que el alcohol se convierte en un borracho empedernido. Su mujer, cansada de las borracheras le reclamaba cada día, hasta el punto de llevarlo al desespero.

Una noche, mientras el señor Jones pasa una borrachera, un viejo cerdo llamado Mayor, que siente la muerte en el cuello convoca una reunión; todos los animales deben asistir, puede que esas fuesen sus últimas palabras.

Y así sucedió, todos fueron, algunos por el temor de perderle por siempre, y otros, como las ovejas, fueron a ocupar espacio.

Mayor, desde el lugar dónde está postrado, da un emocionante y acalorado discurso con un único objetivo: ¡los animales deben organizarse y crear una revolución contra la tiranía del señor Jones, que ya ni siquiera les da de comer!

«Decidme, camaradas, ¿cuál es el sentido de esta vida nuestra? Afrontémoslo: Nuestras vidas son miserables, laboriosas y cortas. Desde que nacemos, únicamente se nos da la cantidad de comida justa para mantenernos con vida, y los que estamos capacitados para trabajar estamos obligados a hacerlo hasta agotar el último átomo de nuestras fuerzas para. (…) la vida de un animal es miseria y esclavitud: esa es la pura verdad. 

(pag. 11 / Rebelión en la granja/ Minotauro Editorial, 2021)

Al día siguiente, luego de haber dado el discurso, Mayor muere.

Los animales no dejaban de pensar en sus palabras nunca, se preguntaban ¿podremos tener un mejor futuro?

Y entre esa incertidumbre se alza la figura de Napoleón, un cerdo dispuesto a luchar por los ideales de Mayor.

Napoleón, junto con el resto de los animales, atacan al granjero Jones y consiguen echarlo de sus tierras juro con su esposa.

La revolución había triunfado.

El resto de granjeros comenzaba a atemorizarse de lo que pudiera suceder en sus campos. No podían permitir que unas repugnantes e inservibles bestias dominaran a los seres humanos.

Pero todo intento por destruir la revolución de la ahora Granja Animal, fue un fracaso tras otro.

Sin embargo, no todo es color de rosas, con la llegado de los cerdos al poder todo cambia de base.

Volviendo al contexto geopolítico, lo mencioné por una razón: No se pueden juzgar a «dedo» los comunismos actuales por un análisis, o crítica política de los años 50. El contexto en el que se desarrolla la trama es en la consolidación de la Unión Soviética; una etapa marcada por autoritarismo sanguinarios como el de Stalin, que de cierta manera es similar a Napoleón.

Luego de la escritura de Rebelión en la Granja, muchas cosas fueron cambiando en la URSS, y el mundo, tales como lo son la conexión mundial por medio de la tecnología, la democratización de la información y la liberación sexual. ¡Muchos cambios, y dentro de la misma Unión al permitir la inversión extranjera! Un caso fue la creación de locales MC Donal’s. Algo impensable para los padres de la revolución.

Con esto, les sugiero, mis lectores, que juzguen con esta lectura toda clase de autoritarismo que esté presente, y que, mediante este libro, les brinde las herramientas para reconocerlos y luchar contra ellos.

Y para eso, no hay edición más práctica y barata que la que ha publicado Minotauro este año.

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