Cada vez que una huelga, marcha o protesta está en acción, es muy común leer u oír aquella frase de “los sindicatos quiebran empresas” y otras más. Tan estigmatizadoras frases, de cuales se desconoce su origen exacto, no deja de recordar a otra famosa frase de la cual cada quien atribuye el autor según su conveniencia “miente y miente que algo queda”.

De la primera afirmación si buscáramos su respaldo estadísticamente o a través de registros, hay que afirmar que no existe uno, de una empresa que haya sido quebrada por actividades propias de un sindicato. Ahora bien, cualquiera pudiera poner lógica y decir “una huelga paraliza la empresa, si se paraliza la empresa deja de recibir ingresos, si deja de recibir ingresos se quiebra” tal afirmación sería viable y lógica desde luego si habláramos de una empresa que está recién creada y apenas empieza a crear su capital, o si ya la empresa estaba en un grave déficit financiero. En cuanto a la primera, en el caso colombiano, difícilmente, por no decir imposible, una empresa recienconstituida nace con un sindicato. Si contemplamos el segundo caso, entonces la culpa no sería del sindicato, puesto que si la empresa ya estaba en déficit financiero, estamos hablando de mal manejo administrativo, sería muy mezquino endilgar a los trabajadores, la  responsabilidad de los administrativos, incluso pudiera ser seguramente que la acción tomada por el sindicato es consecuencia de la mala administración. Y ni siquiera considerar la tesis de la paralización total, sobre todo en el campo privado donde siempre un gran número de trabajadores no asisten a la huelga, si no que trabajan normal, garantizando cierto grado de operación.

Otra frase común antisindical es “los sindicatos jamás se preocupan por cuidar la empresa”, con respecto a esto existe una idea errada, de que el deber principal de un sindicato es ser algo así como la oficina asesora del empleador para el mejoramiento continuo y la innovación de la empresa, y que estos se dedican a pedir reivindicaciones “imposibles” en lugar de proteger la empresa que a fin de cuentas es la que produce el empleo. si nos remitimos al concepto básico de que es una empresa, tenemos que es una Entidad en la que intervienen el capital y el trabajo como factores de producción de actividades industriales o mercantiles o para la prestación de servicios” si desglosamos este concepto tenemos que el capital es el aporte del empleador a la entidad y el trabajo es el aporte del empleado, luego entonces, si un sindicato lucha por el mejoramiento continuo de las condiciones de los empleados, está luchando por el mejoramiento de una parte importante de la empresa, como lo es el elemento vivo, que a final de cuentas le da el valor agregado al producto o servicio del cual obtienen las ganancias ambos, el trabajo. Lo que se esconde en el fondo de dicha afirmación no es más que -quizás- una confusión conceptual entre defender la empresa y los intereses del empleador, que son recibir más y pagar menos, a cambio de conservar un empleo.

Finalmente concluyo con otros 2 famosos mitos antisindicales, como lo son “los sindicatos solo sirven para hacer huelgas” y “en Europa los sindicatos se dedican a trabajar y mejorar las empresas y no hacen huelgas” ambas afirmaciones son tan falsas como desproporcionadas ya que con respecto a la primera afirmación, he de decir que la legislación laboral colombiana, aunque patronal en esencia, establece una serie de soluciones a conflictos colectivos entre los que la huelga está de último lugar y como recurso necesariamente extraordinario, y además regulado de forma bastante fuerte. Con respecto a la segunda, puede que sea más falsa que la primera, todo trabajador, sindicalizado trabaja, de no hacerlo, es una justa causa de despido, lo que no dudaría en hacer un empleador con un sindicalizado. Si bien existen diferentes tipos de sindicatos, obreros, patronales, rojos, blancos, amarillos, entre otros, en el caso europeo los sindicatos no se limitan al ámbito empresarial, incluso se dan el lujo de tumbar o cambiar gobierno a través de manifestaciones, y no necesariamente para establecer gobiernos socialistas o comunistas, como dirá algún prejuicioso. Si no lo creen pueden revisar los libros de historia, ejemplo claro el sindicato Solidaridad que hizo posible la separación de Polonia de la URSS y la instauración de un gobierno netamente capitalista y pro estadounidense.

BONUS TRACK: No es un mito, es una realidad, Colombia es el país más peligroso para ser sindicalista.  Según el último informe de la  Confederación Internacional de Sindicatos, en la 100 Conferencia Internacional del Trabajo, en Ginebra, Suiza, del total de asesinatos de sindicalistas en todo el mundo, el 55% fueron Colombianos. Quizá estigmas como los anteriores pudieron haberle costado la vida a mucho de estos hombres.

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