Yo les compensaré los años que perdieron por causa de la plaga”. Joel 2:25

Por Álvaro Morales de León

Este 26 de agosto se estará recordando una funesta fecha para el heroico pueblo cartagenero, es la del año 1815 que marcó el inicio del cruento asedio con el que las tropas españolas comandadas por el sanguinario y mal llamado pacificador, Pablo Morillo, proponiéndose apagar la llama de la independencia, sitiaron a la ciudad por 105 días, según registran los textos históricos.

Serán 205 años de esta brutal acción militar contra la dignidad del pueblo cartagenero que confinó a la población que para esa época habitaba en el “Corralito de Piedra”, buscando rendir y aniquilar a los próceres que comenzaban a construir una nueva ciudad desprendida de la esclavitud española.

El Sitio a la ciudad, prolongado hasta principios de diciembre de este mismo 1815, y resistido, logró exterminar, por causa del hambre y las enfermedades, más de un tercio de sus entonces 18 mil pobladores, incluida gran parte de su emergente clase dirigente y política, razones que condujeron a que la ciudad recibiera el honroso reconocimiento de “Ciudad Heroica”.

Pero es que nuestro “Corralito de piedra”, víctima de anteriores asedios por parte de corsarios y piratas, especialmente británicos, bien que ha sobrellevado el título de “Heroico” por su abnegada resistencia a los excesos, al desorden, y ahora, a los contemporáneos estragos económicos producidos por el Covid-19.

“El Corralito”, ha seguido sitiado, no por fuerzas militares invasoras como las del 1815, sino por otras fuerzas, fuerzas que por causa de la indiferencia de los gobiernos persisten y se manifiestan a través de la patente prostitución, proxenetismo y microtráfico que a todo nivel se da libremente en sus calles y plazas, y que, junto con la delincuencia representada en estafadores, han contribuido a la degradación de la imagen de la ciudad.

De igual manera, la ciudad, por causa de los establecimientos que abusan de los precios, y, además, por quienes propasándose en el uso de sus plazas y calles que han venido usufructuando de manera ilegal, sin permisos, como lo dio a conocer el alcalde en su tercer Libro Blanco, son también aspectos que por muchos años han mantenido sitiada a la población que sobrevive en el interior de “El Corralito”, y a todos los ciudadanos.

Pero a toda esta tragedia de excesos, abusos, desordenes e indiferencia de los gobiernos, hay que añadirle el gran impacto negativo y el siniestro del que ha sido víctima casi la totalidad de la actividad económica del Centro Amurallado por las forzosas medidas de confinamiento y restricciones a las que tuvo que recurrir el gobierno en procura de la vida.

Y si en cuatro meses el incruento Sitio de Morillo logró diezmar un tercio de la población cartagenera que habitaba en “El Corralito de Piedra”, este infortunio del Coronavirus, sin temor a equivocarme, me atrevo a decir que ha aniquilado una gran proporción de su actividad económica.

Finalmente, el estado de “tierra arrasada” en que ha quedado el Centro Histórico por causa del Covid-19, como quedó después del Sitio de Morillo, necesita de un decidido apoyo económico y exoneraciones por parte del gobierno local; así como de una colosal e impostergable lucha para erradicar los excesos y los demás factores que han contribuido a desdibujar su imagen a nivel nacional y mundial.

¡Cartageneros! ¡seguro que invocando la casta de Heroicos que nos caracteriza, venceremos y lograremos salir adelante!

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