Actualmente, en sólo once países de Latinoamérica, 14 millones de personas sufren de “inseguridad alimentaria severa” de debido a las consecuencias de la pandemia de coronavirus según reveló hoy el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Las personas más susceptibles de sufrir inseguridad alimentaria son los trabajadores informales, quienes abarcan el 50 % y el 70 % del total de trabajadores en Latinoamérica, esto se debe a que sus ingresos dependen de actividades del día a día que ahora no pueden realizar. El año pasado se hablaba de 3,4 millones de personas bajo esta categoría, pero desde que empezó este año, 11 millones más se han sumado a la cifra.
Si en el cálculo se incluye a quienes padecen de inseguridad alimentaria moderada, el problema afecta a 40 millones de personas en un grupo de países que corresponden a Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras en Centroamérica; Haití, República Dominicana y algunas pequeñas islas en el Caribe; y Perú, Ecuador y Colombia en Sudamérica, manifestó el director regional del PMA para la región, Miguel Barreto.
Zonas en peligro
Barreto identificó que Haití se encuentra en una situación muy graves, pues antes de la pandemia había 700.000 personas en inseguridad alimentaria severa, mientras que ahora son 1,7 millones.
Asimismo, mencionó el caso del “Corredor Seco”, que parte del sur de México hasta el norte de Panamá y registra una alta tasa de pobreza extrema. Actualmente, la inseguridad alimentaria grave afecta a 3 millones de personas frente a un 1 millón a finales del año pasado, periodo que coincidió con el fin de una fuerte sequía.
En Venezuela
Miguel Barreto explicó que estas cifras no incluyen a Venezuela, ya que PMA no tiene presencia en el país desde hace 45 años. No obstante, indicó que el organismo se encuentra en negociaciones con el Gobierno venezolano para reanudar sus actividades el próximo año y que hay “buena voluntad” para llegar a un acuerdo.
Mas tan sólo el año pasado, las autoridades permitieron que el PMA hiciese una evaluación alimentaria independiente en Venezuela, y el estudio desveló que 2,3 millones de venezolanos sufrían de inseguridad alimentaria severa.
Según cifras de la organización, hay cerca de cinco millones de migrantes y refugiados venezolanos y se estima que al menos un millón de ellos se le ha agravado la condición alimentaria a causa de la crisis del COVID-19.
El año pasado, el PMA ofreció asistencia alimentaria a más de cinco millones de personas, particularmente en zonas rurales, sin embargo, debido a la pandemia han surgido nuevas necesidades alimentarias. Para cubrirlas en su totalidad, la organización necesita recibir contribuciones por 400 millones de dólares.
Barreto consideró que el Fondo Monetario Internacional debería intentar ayudar mediante créditos blandos para que los países puedan duplicar su gasto social.