Por José David Vargas Tuñón
Para nadie es un secreto que el cambio climático es una realidad, también, que es hora de ponerlo en primer lugar de todas las portadas en los periódicos y portales digitales, porque es un tema de interés mundial.
A pesar de distintas campañas activistas en pro de mejorar el medio ambiente y concientizar de los peligros que puede traer el calentamiento global, nosotros, los seres vivos y pensantes, parece que no lo hemos internalizado y canalizado. Sin embargo, todavía hay terrenos que son inhóspitos en esta área de estudio.
Aunque parezca una locura o chifladura de algún papanatas, la realidad nos da atisbo de que es muy probable la incidencia del clima en el comportamiento de las personas, ya sea sobresaltando sus emociones o haciéndolas frívolas y carentes de ánimos.
En la actualidad han sido las ciencias de la psicología y la psiquiatría, las que se han encargado de desenmarañar este cuestionamiento de que si el clima puede o no influir en el comportamiento de las personas. Se puede decir que el avance de este interrogante ha sido el derrotero para que se crearan: la climatología médica o biometeorologia, que es la ciencia cuyo campo de estudio es la influencia que puede ejercer el clima en los seres humanos. Así que sí, es un cuestionamiento bastante interesante a la vez que fascinante.
Según un estudio realizado por (Hsiang, Burke, & Miguel, 2013) Se pudo comprobar que:
“la influencia del clima en los conflictos modernos es sustancial y altamente estadísticamente significativa (P <0.001). Cada cambio de 1-SD en el clima hacia temperaturas más cálidas o precipitaciones más extremas aumenta la frecuencia de violencia interpersonal en un 4% y el conflicto intergrupal en un 14% (estimaciones medias).”
Lo anterior significa que puede llegar a existir una correlación entre el aumento de temperatura y la frecuencia con las cuales se presentan los conflictos interpersonales; además que ante un alza en la misma se pueden propagar de una manera más rápida los conflictos entre las personas. Debido a que dentro del presente estudio se determina que un clima cálido puede producir una ansiedad y comportamientos violentos en el ser humano.
Pero no todo es tan devastador ya que el clima cálido puede tener ciertos efectos beneficiosos para el ser humano a partir de cómo y a que temperatura la persona lo reciba, pues según la investigación realizada por (Ijzerman, Leung, & Ong, 2014), algunas personas que reciben calor de una fuente como una taza de té caliente o que se encuentren en una habitación cálida puede ser beneficiosa para la creatividad y capacidad cognitiva.
Desde la parte medica se afirma, tomando como referencia lo dicho en (Cairo, 2013), la cantidad de luz recibida desde el exterior influye en la producción de serotonina, el cual es un neurotransmisor que permite la intercomunicación entre neuronas, producido por la glándula hipófisis (ubicada en la parte central del cerebro). Esta glándula es la que regula nuestros estados de ánimo.
Además cuando surgen vientos como los que normalmente experimenta la comunidad cartagenera, es decir cálidos, sucede – parafraseando- lo que buenamente se define en (Lamoca, 2017) cuando los vientos son cálidos producen jaquecas, migrañas, falta de concentración y además provocan más accidentes de tránsito y muchísimas más trifulcas o peleas.
Lo anterior confirma la hipótesis de que el clima puede influir en el ser humano a tal grado de poder en un momento dado variar de manera inminente el estado de ánimo del individuo.
Por otra parte, también se puede percibir que cuando se está bajo temperaturas calurosas las decisiones que tomamos pueden variar, parafraseando lo que menciona (Marc Redondo, 2019) cuando la temperatura nos incomoda a la hora de tomar una decisión somos más reacios a realizar los cambios más importantes, de esta manera trataremos de retrasar cualquier elección, y ante cualquier otra opción para decidir no se dudará a la hora de rechazarla. Por lo cual nuestro cerebro, de manera inconsciente, nos enseña a no tomar decisiones durante un estado de clima caluroso.
En conclusión, es menester destacar, que el clima puede ser una variable que afecte el juicio y raciocinio de las personas, en virtud a innumerables estudios científicos. Pero me honra hacer la salvedad de que existen diversas variables no ligadas al medioambiente que pueden influir, como las costumbres, comportamientos, nivel cognitivo, entre otros. Magistral, es la forma como el cambio en las temperaturas invade o penetra nuestra esfera íntima, colocando en jaque, a veces, la forma en la que funciona nuestra psiquis, lo cual, se pudo demostrar.
Por consiguiente, creo que lo más recomendable o más bien, la única tarea que tiene el ser humano es proteger el medio ambiente, puesto que no solo se ha comprobado que la contaminación trae daños a la salud fisca, si no ahora también a la mental y volitiva del ser humano. “la naturaleza es la mejor de las creaciones, no la destruyamos con nuestras acciones”.
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