Por Cynthia Pérez Amador 

En este país nos hemos especializado en culparnos los unos a los otros por situaciones que son predecibles y solucionables.

El paro se ha convertido en una cacería de brujas “culpables” donde son culpables los jóvenes, los infiltrados, los vecinos de los opositores, sin ser capaz de entender que la situación de este país es simplemente un estallido social de un país que soportó años de decidía, inequidad, y exclusión.

Nos hemos especializados en criticar el trabajo de los demás, en descuidar nuestro trabajo para estar pendiente de lo que no hacen los demás, estigmatizando la rebeldía de esta generación y justificando el actuar de otros pocos.

Los territorios que han sido por décadas empobrecidos que han soportado y que no soportó y al estilo de los grandes mártires de la independencia salió a arrebatar sus derechos en pleno pico de pandemia, la situación es tan agobiante que no importó la realidad pandémica por al que está atravesando el país y con arengas, pitos, tambores mucho arte y mucha cultura han sentado un precedente de LIBERTAD.

Si cada uno de nosotros nos dedicáramos a cumplir con nuestro trabajo, si nuestro esfuerzo lo pusiéramos al 100% de lo que nos corresponde y dejáramos de ver si el vecino se equivoca, halaríamos esta sociedad a un buen muelle, avanzaríamos como sociedad y cada quien tuviese lo que se merece. Dejemos de culparnos los unos con los otros y unamos esfuerzo por salir de este “atolladero” del que estamos metido como sociedad en décadas.

Las columnas de opinión no representan la posición de nuestro medio.

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