“Más confiable es el amigo que hiere que el enemigo que besa”. Proverbios 27:6
Por Álvaro Morales de León
Con ocasión de las derrotas en seguidilla sufridas por la selección colombiana de fútbol en búsqueda de un cupo al mundial del 2021 me motivé en escribir esta nota periodística tratando de expresar un paralelo entre los jugadores de este equipo deportivo y su director técnico, Carlos Queiroz, y el equipo seleccionado por el alcalde Dau para gobernar la ciudad de Cartagena; incluidos los que haciendo parte del equipo y estando en banca, también son de la nómina.
A diferencia de Dau, del que todos tenemos muy claro por qué fue escogido como alcalde de Cartagena, todavía se desconocen las razones por las que fue “descabezado” el argentino Pekerman y apareciera en el 2019 el portugués Carlos Queiroz como nuevo seleccionador del equipo de futbol que nos representa.
Parece, y es por demás conocido y comentado a “sotto voche”, o sea, en voz baja, que lo que le está sucediendo al alcalde Dau con su equipo de gobierno y con las entidades donde tiene injerencia como mandatario, es igual a lo que a Queiroz le sucede como seleccionador futbolístico de Colombia; ambos están sobre “campos minados” o “durmiendo con el enemigo”, como dice el refrán.
De manera picaresca se dice que cuando el equipo gana, ganan los jugadores; pero cuando pierde, pierde el técnico. ¡Cuanta injusticia!
Ambos, Dau y Queiroz, presumimos, que con muy buenas y nobles intenciones han escogido para sus equipos, a los mejores, o que parecen serlo; el primero, Dau, lo ha hecho con los funcionarios; y el segundo, Queiroz, con los jugadores, ignorando muchas veces a quienes obedecen o quiénes son los que verdaderamente están detrás de ellos, los seleccionados, que como marionetas se dejan manipular por oscuros y funestos personajes.
Y si en el fútbol se dice que hay personajes, a los que llaman directivos, que parecieran manejar más que organizaciones deportivas, organizaciones mafiosas; en el gobierno, como en el caso de la Alcaldía de Cartagena, hay financistas electoreros, de oscuros antecedentes, que camuflados, le apuestan con sus “colados” en la administración a la destrucción y desestabilización de la misma.
Se comenta con insistencia que el empate del seleccionado de Colombia 2-2 ante Chile; y las goleadas 3-0 frente a Uruguay, y el 6-1 ante Ecuador obedecen a un “sindicato” formado por dos jugadores que con sus desastrosos desempeños deportivos están procurando, por encargo, tumbar al portugués seleccionador.
Lo mismo se dice de jugadores del Junior de Barranquilla que cada vez que se lo proponen derrocan a su técnico de turno para que regrese Comesaña; o como ocurrió en una ocasión con los jugadores del Real Cartagena, quienes, al no sentirse complacidos con exigencias económicas a las directivas del equipo, optaron por un mal desempeño en el campo deportivo para hundir al onceno.
Pero volvamos al caso de la actual administración de la ciudad de Cartagena, donde en honor a la verdad, hay que reconocer que al alcalde le han metido “embuchados”, o conspiretas, que en cargos de alto nivel o camuflados como contratistas de OPS, y aún de la planta de personal, con excepciones, tienen “minada” la administración distrital actuando como “soplones” que propagan informaciones falsas buscando desinformar y desestabilizar el gobierno.
Finalmente, tanto Dau como Queiroz han estado dirigiendo sobre “campos minados”; o si no, ¿como se explica la negativa del gerente de la ESE Cartagena de Indias para atender la citación que el Mandatario, con jurisdicción administrativa sobre él, le ha hecho? ¿Qué fuerza lo impulsa a hacerlo?