Por Andrés Abello López

Historiador Universidad de Cartagena.

He sido docente por más de 25 años, (ya puedo decir, que pasé mis bodas de plata en lo que a educar se refiere). He visto pasar mucha agua debajo del puente… He disfrutado del avance de la tecnología en todos los aspectos. Tuve televisor en blanco y negro, y ahora tengo uno denominado LSD.

Pasé de escuchar música en emisoras como “La voz de la victoria”, “La voz de las Antillas”, “Victoria Internacional Stereo”, entre otras, los LP de 30 y 45 RPM, los casetes, las memorias USB, Youtube y ahora el boom, Spofity. He visto como democracias se han derrumbado (caso Venezuela, Nicaragua por mencionar algunas en Latinoamérica) y otros estados siguen en dictaduras desde hace más de 50 años, como lo es Corea del Norte y Cuba.

En esta ocasión me voy referir a un personaje particular como es este, capaz de emitir cizaña y hacer con el pueblo colombiano lo que se le da la gana aprovechando el beneplácito de tipos como Luis Carlos Sarmiento Angulo (el dueño absoluto del país). Me refiero a Álvaro Uribe Vélez. Este es un ser tan definitivamente cruel y despiadado, que no le ha importado desangrar al país por más de 20 años.

Desde su llegada al poder en la década de los 80’s y siendo director de la Aeronáutica Civil, empezó bajo cuerdas, una campaña de continuos asesinatos. Siendo alcalde de Medellín en noviembre de 1982 fue destituido del cargo por el entonces presidente de la República Belisario Betancur Cuartas, por mantener nexos con el narcotráfico. El padre de Uribe, Alberto Uribe ya venía siendo implicado con narcotraficantes del departamento de Antioquia, supongo entonces que al llegar Alvarito a la gobernación y para salvaguardar los intereses y negocios de sus amigos “los narcos”, crea las Convivir (brazo paramilitar aliado y creado por este ser tan maligno y perverso como también lo es su hermano Santiago, fundador de grupo asesino denominado «los 12 apóstoles»).

Siendo Senador de la República de 1986 a 1994, creo fuentes vínculos con empresarios y paramilitares que prácticamente lo llevaron al poder del que no se ha bajado hasta la fecha. Las malas lengua afirman, que Alvarito es el lacayo, esclavo o sirviente de Sarmiento Angulo. Para nada es falso que todo aquel que es testigo de algún delito o acusación que pueda existir en contra de este personaje, termina de alguna manera asesinado, ya sea por motosierra, envenenado o en el mejor de los casos con algunos balazos en su cuerpo. Tambien puede fenecer estrellado en avioneta o helicóptero.

Creador de innumerables leyes o modificaciones de estas con la intención de perpetuarse en el poder, reestructuró la Constitución más de 50 veces y favoreció a notarios, senadores, representantes a la cámara, e incluso a sus amigos empresarios y narcos. A él le debemos casos como los de la Yidispolítica Teodolindo Avendaño, Sabas Pretelt, Diego Palacios, Agroingreso seguro, el DAS, entre otros. Tampoco nos podemos olvidar de temas como la Ley 100, la venta de casi todas las empresas públicas, Telecom, (en nuestro caso TeleCartagena, las EEPPMM y Electrificadora de Bolívar, empresas sólidas y bien constituidas como Puertos de Colombia, Colpuertos). Le podemos agregar los muy recordados «falsos positivos» que a la vista de aquellos que investigamos pasan de 10.000 pero que para la Corte Suprema de Justicia son solo 4.602.

Con todo lo anterior considero que cualquiera que sea seguidor o fan, apoye de manera permanente e incondicional a este tipo tan despreciable, tiene por dentro y por fuera algo de psicópata, de asesino, de ruin, de paramilitar y debe ser alguien sin escrúpulos y sin corazón, pues este señor en mención, es tan nefasto que no ha sido capaz de reconocer el asesinato, desaparición y desplazamientos de muchas familias rurales, y no merece menos que la hoguera del infierno. Es un hombre que jamás se ha sentado con las madres de Suba y que solo sabe decir «mate a ese hp porque me descubrió», y definitivamente no merece perdón de Dios. Un ser que se acuesta sin el más mínimo remordimiento de todo el daño que le hace a nuestro país y que se inventa atentados dentro de espacios o de formación académicamente militar, merece el desprecio de todos.

Pero como de todo hay en la viña del Señor, toca aceptar que sus borregos o fans están y estarían dispuestos a defenderlo con sus propias vidas y protegerlo a capa y espada con tal de que no le pase nada. Podría (y digo podría) afirmar que hasta sus seguidores pondrán en primera línea a sus propios hijos para que defiendan a muerte al #Matarife (término que utilizo hace varios meses cuando me refiero a Alvarito, porque eso es lo que es, un matarife).

Habrá que ver si esa nueva generación estará dispuesta a seguir las banderas de la «gente de bien», esa gente que lo único que hace es atentar contra los que protestan de verdad como forma de lucha para conseguir una mejor calidad de vida, mejor educación, mejor salud, mejores salarios y mejores beneficios laborales para los colombianos. Solo espero tener la fortuna de ver al #Matarife preso o fallecido porque para decir verdad, ya nuestra patria no aguanta más derramamiento de sangre y menos con el títere que tenemos al frente del Ejecutivo.

Fuentes: Revista Semana, El Colombiano, El Espectador, El País.

Las columnas de opinión no representan los valores, conceptos, postura, ni opiniones del periódico.

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