Por Christian Martínez Moreno

Politólogo Especialista en Planificación Estratégica y Prospectiva.

Estamos en la era de la autodestrucción del ser humano. La lucha constante e incesante por el poder político, económico, social y religioso hace cada vez más perfecto el escenario para identificar los factores que influyen e inciden en las decisiones de los individuos en un contexto ostensible de violencia, inseguridad e insalubridad producto de la pandemia.

Hoy la realidad que inspira Colombia es lamentable, un gobierno autócrata, despótico, antidemocrático y deslegitimado por el pueblo, que se le dificulta e imposibilita aplicar el principio de estabilidad y coherencia de múltiples problemas existentes correlacionados en un contexto socioeconómico agravado y exorbitado por la acción racional que el gobierno impone como respuesta a la maximización de su propio beneficio.

La resistencia ínsita a la violencia, es anteponerse a una situación adversa que solo se soluciona si una de las partes actúa con resiliencia. Si bien es cierto, muchos protestan de manera pacífica por la necesidad de buscar un mejor bienestar, otros lo hacen de manera violenta al darse cuenta que sus objetivos pueden ser alcanzados más fácilmente por la vía de hecho y no por la vía legal, justificación que da paso al origen del problema que hoy vivimos, derivado de la resistencia ideológica de un gobierno asistencialista, y un pueblo que ha perdido la confianza y el respeto por las instituciones (fuerza pública) garantes del orden y la protección de los derechos humanos.

El mensaje a todos los colombianos es a la resiliencia, y no a la resistencia. Es actuar con inteligencia y optimismo, ser flexibles, tolerantes, pacientes y salir fortalecidos de la crisis; es aprovechar cada problema y convertirlo en una solución. Más allá del riesgo inminente que vive el país en cada protesta por la violencia y la pandemia, es tomar conciencia y no dar justificación y herramientas al Gobierno Nacional para “declarar a Colombia Estado de Conmoción Interior”, sería darle mérito a su esfuerzo.

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