“…Nadie tiene memoria suficiente para mentir siempre con éxito”, Abraham Lincoln.
Por Álvaro Morales de León
Creemos que mientras dure la Pandemia no van a amainar los escritos y opiniones sobre los temas que cada día afloran, entre ellos, el de estar buscando culpables; conducta propia del ser humano y de los hipócritas e insensatos que, conociendo las razones de lo que pasa en Cartagena frente a la crisis sanitaria por el Covid-19 se perfilan de manera alevosa como desconocedores de ellas.
De manera inmerecida culpan primeramente al Alcalde, pero tampoco dejan de hacerlo con las clínicas, los hospitales, las Eps, las Ips, los médicos, las Uci, las morgues, las funerarias, las ambulancias; pero no se detienen en pensar en la responsabilidad que le cabe a la comunidad desobediente para la que no hay Dios ni Ley.
Esto no es nuevo, Adán culpó a Eva por haber comido de la fruta del árbol prohibido; y Eva le echó la culpa a la serpiente por haberla seducido para desobedecer el mandato divino, y la consecuencia de este desacato la estamos pagado todos, eso dicen las Escrituras, y así mismo está sucediendo con la Pandemia en Cartagena, la desobediencia y la indisciplina de unos ciudadanos la estamos pagando todos los habitantes de la ciudad. ¡Hipócritas! Cuelan el mosquito, pero se tragan el camello.
Con escasos seis meses de gobierno del alcalde Dau, sus detractores lo atropellan de manera injusta; olvidándose, o “haciéndose los locos” en reconocer a los verdaderos culpables de la debacle en el sistema de salud en Cartagena, debacle con la cual muchos no solo han contribuido, sino que, además, también han participado para que ella ocurra.
¿Acaso no se han dado cuenta que ahora, como si nada hubiera pasado, posan de columnistas, opinadores y hasta de foristas virtuales los responsables del carrusel de negociados e irregularidades que se dio entre la Secretaría de Salud de Bolívar, Eps del régimen subsidiado y Fundaciones dentro del llamado “Cartel de la hemofilia” que desangró al sistema de salud en más de veinticinco mil millones?
¿Por qué desconocen el desangre económico del Dadis, que de manera reiterada y por muchos años ha ocurrido con los dineros de los programas de Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedad, los llamados P y P, en especial con los del control del Dengue, Lepra, Tuberculosis y otras patologías, ¿dineros que han servido para hacerse elegir en Corporaciones Públicas?
¿Dónde estaban los críticos de Dau cuando el exalcalde Dionisio Vélez hizo lo que le dio la gana con los recursos de la salud, y por qué no han enfatizado sobre la captura política, burocrática y financiera de la que ha sido víctima la ESE Cartagena de Indias?
¿Dónde han estado los ojos de los veedores con todo el manejo corrupto y politiquero del que también ha sido víctima el Hospital Universitario del Caribe y que lo ha llevado a que en la actualidad siga intervenido por la Superintendencia de Salud? ¿O es que acaso las pautas publicitarias pueden más que la defensa de la salud de los cartageneros y bolivarenses?
¿O es que no recuerdan quienes se robaron la Clínica del Club de Leones hasta llevarla al estado de ruinas en que se encuentra; y qué decir del lamentable estado físico y asistencialista en que se encuentran los cuatro hospitales locales?
Y así, sería interminable la lista de irregularidades en la salud que no han visto los ahora difamadores de la actual administración distrital.