Por Karen Guardo B.

Abril es el mes donde mayormente se siente la alegría, los juegos y la felicidad, es el mes donde celebramos a nuestros niños en general, a esas tiernas personitas que son en esencia: amor, inocencia, sueños y risas, son tan variados y diversos como los colores, gustos y sabores, por eso celebrarlos es ir mas allá de globos, helados, súper héroes, es construir espacios de equidad para todos, pues “todos” nuestros niños tienen en sus manos el futuro propio y el de su país, de cómo vivan su presente depende su felicidad, todos ellos deben ser portadores de ideas y proyectos transformadores y edificadores de sociedad.

Este mes es en esencia pues, el mes de la niñez, es también el mes escogido internacionalmente para conmemorar la condición conocida como “autismo”.

Hablar de niñez y autismo en Cartagena, es hablar de retos, esperanza, amor, apoyo familiar, sensibilización social, es hablar de Emmanuel y Santi, dos niños maravillosos y con una sonrisa esperanzadora, con una energía y una mirada que sin duda te transforman, es pues llegar a vivir una experiencia satisfactoria.

Así fue mi experiencia al llegar ese viernes y visitarlos, fue para mí: confirmar que el amor se puede expresar solo con mirar, que conectar con alguien es conectar con su sonrisa, con sus gustos, es permitirnos conocer al otro desde lo diversos que somos.

Verlos jugar esa tarde entre risas y complicidad, es ir entendiendo que todos somos tan humanos, tan únicos, tan variados, que solo existe un mundo y es esté, en el cual convivimos, reírnos, jugamos, interactuamos y disfrutamos, así como ellos esa tarde disfrutaban de su gusto por la tecnología, las matemáticas y otras cositas, mirarlos en ese disfrute, me permitió comprender lo esencial y valorar cada momento como el más importante, es vivir aquí en tiempo presente y en momentos soñar con algo más allá.

Durante mi visita disfrute sin duda alguna de su compañía, de la esencia de estos niños, me permití poco a poco ir entrando a su espacio, con respeto, escuchando además de sus palabras, lo que me transmitían desde su lenguaje, el cual defino como un lenguaje de amor puro, de inocencia, de honestidad y transparencia.

Y es esto en esencia lo que son “Todos” nuestros niños, seres inocentes, amorosos, soñadores, genuinos, transparentes, diversos, tiernos, son más que una condición, son seres que merecen toda nuestra atención, respeto y sobre todo merecen que edifiquemos, cada día una sociedad que valore y respete lo diverso, que genere espacios y oportunidades para todos y cada uno de nosotros.

Pues sin duda alguna lo que hoy realicemos con nuestros niños, será un aspecto que garantice una mejor sociedad, pues se vale para Emmanuel y Santi, soñar con ser empresarios, con ir a una universidad y llevar una vida dentro de lo que conocemos como normal, por ello hoy sus padres realizan un gran esfuerzo sensibilizando a la sociedad, eliminando barreras de acceso escolar y demás, pues ellos también merecen convivir en una ciudad donde la equidad y los derechos prevalezcan ante las etiquetas.

Considero después de conocerlos que valemos por lo que somos en esencia, ratifico que el autismo es una condición que enseña a valorar la diversidad, que podemos comunicarnos de muchas maneras, que todo niño merece ser tratado con amor, respeto y con igualdad de condición, que nadie vive en un mundo diferente a este  y que aquí en Cartagena, es posible una transformación social, generando espacios y escenarios de oportunidad. Gracias Emmanuel y Santi, por permitirme conocerlos y transmitirles a todo el mundo lo valerosos, lo inteligente, lo maravillosos que son, convivir con ustedes dentro de su cotidianidad como niños, sus esfuerzos y logros, entre otros aspectos.

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